8 Medidas verdes para cumplir con Kioto
Martes, 29 de Junio de 2004
Fuente: Geoscopio/Madrid. El Ministerio de Medio Ambiente, por medio de la Oficina de Cambio Climático, ha pedido al sector forestal, a través de ASEMFO, un estudio sobre los “bosques como sumideros de carbono".
ASEMFO INFORMA
El sector forestal español, una valiosa ayuda contra el cambio climático
Ocho propuestas verdes para cumplir con Kioto
Los bosques almacenan 186.264.207 toneladas de carbono
El Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Oficina de Cambio Climático, ha pedido a ASEMFO un estudio sobre los “bosques como sumideros de carbono”. En su informe, ya entregado, ASEMFO propone “ocho actuaciones verdes” para cumplir con el Protocolo de Kioto y defiende al sector forestal como “infraestructura básica del país y garante del desarrollo sostenible”.
La reforestación y la gestión forestal sostenible son potentes herramientas en manos del actual Gobierno para la disminución de CO2. La fijación de CO2 que realiza una plantación puede alcanzar “20 toneladas por hectárea y año”. Los bosques españoles almacenan 186.264.207 toneladas de carbono.
Por eso, las empresas de obras y servicios forestales integradas en ASEMFO destacan “el papel fundamental” que desempeñan los bosques en la mitigación del cambio climático y ha entregado al Ministerio de Medio Ambiente ocho medidas para “promover el crecimiento de nuestra superficie forestal y de los sumideros de carbono”.
Actuaciones forestales para cumplir con Kioto
· Impulsar el Programa de Reforestación de Tierras Agrarias, que desde 1994 ya ha reforestado más de 600.000 Ha en España. El coste de forestación sería de 1.800 euros/Ha con un mantenimiento anual de 500 euros/Ha durante 5 años. La dificultad de gestión de este programa, centrada en el compromiso de presupuesto por 20 años para las primas compensatorias, podría subsanarse con la supresión de la compensación. ASEMFO propone a su vez un nuevo programa de reforestación, por la importancia del almacenamiento de CO2 en el suelo, además del correspondiente al arbolado. Un incremento de materia orgánica del 1% en un metro de suelo supone una fijación de 150 toneladas de CO2.
· Programas de recuperación ambiental de entornos degradados mediante mejoras de la cubierta forestal de hábitats prioritarios, para facilitar el cumplimiento de los objetivos de la Red Natura 2000. Podrían desarrollarlos las empresas afectadas por la asignación de emisiones. El programa debería ejecutarse con presupuestos de las propias empresas contaminantes, mediante la compensación económica del pago proporcional de la sobre emisión asignada o mediante medidas fiscales de reducción de determinados impuestos relacionados con la actividad empresarial por inversión en obras y trabajos de recuperación ambiental relacionadas con la reforestación.
· Potenciar el Programa de Restauración hidrológico-forestal y de protección de cauces dentro del Plan Hidrológico, cuya inversión prevista es de 2.600 millones hasta 2008, volviendo al planteamiento inicial de restauración de la cubierta vegetal.
· Promover subvenciones o subsidios a los propietarios forestales para incentivar la inversión en sus los terrenos. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) establecería una línea de crédito. Estos incentivos o beneficios fiscales podrían dirigirse a los sectores contaminantes para que inviertan en reforestación.
La ministra de Medio Ambiente ha anunciado que la reforma fiscal incluirá “impuestos ecológicos” que permitirán reducir las emisiones de gases causantes del calentamiento global para que España cumpla el Protocolo de Kioto.
· Apoyar la utilización de la biomasa forestal en la generación de energía con ayudas directas para su recogida y retirada del monte. Esta actividad es costosa, pero se compensa ampliamente con los beneficios que proporciona: prevención de la erosión, de incendios, tratamiento silvícola, anula la emisión de CO2, que resulta de las quemas autorizadas, favorece los trabajos de repoblación o rebrote de la especie..
· Forestación de entornos urbanos, convertidos en vertederos de toda clase de residuos sólidos en combustión permanente. Las ciudades experimentan con gran intensidad los efectos de calentamiento, contra el cual la única forma de actuar es el enfriamiento con vegetalización masiva de los entornos.
· Programas de educación ambiental y de divulgación sobre la utilización de la madera como importante recurso natural renovable, reutilizable, reciclable y biodegradable.
· En el ámbito internacional, desarrollo de programas de reforestación en países en desarrollo que permitan a las empresas y sectores implicados reducir la parte proporcional de emisiones que se permita para la reforestación.
FUNCIONES AMBIENTALES DEL SECTOR FORESTAL
El Plan Forestal Español destaca el importante papel que desempeñan los árboles como sumideros de CO2.. El Protocolo de Kioto reconoce el decisivo papel de los bosques en el ciclo del carbono y su efectiva contribución en la mitigación del cambio climático, considerando los bosques como sumideros de carbono. Por sus características naturales, España es muy sensible a los efectos negativos del cambio climático: sequía, integridad de las costas, desertización, calidad del suelo.
La función de los bosques -como sumidero de carbono- protege y conserva las masas forestales, aumenta la superficie arbolada, conserva los suelos como depósitos de carbono orgánico, fomenta la utilización de la madera y derivados de producción sostenible y el uso energética de la biomasa.
El medio natural es un activo nacional. Infraestructura básica de España, su mejora y conservación aseguran la calidad de vida de los ciudadanos y la de las generaciones futuras. Es responsabilidad de todos desarrollar una gestión sostenible de los recursos que ofrece la naturaleza y proteger el entorno que nos rodea.
La fijación mediante la fotosíntesis y el almacenamiento de CO2, (aproximadamente el 60% entre los gases invernadero) tanto en las masas forestales como en los productos obtenidos a partir del bosque, se asegura a través de la forestación y la gestión sostenible de los bosques. El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) reconoce esta actividad como de vital importancia en la estrategia global de mitigación del cambio climático y recomienda su utilización en el cumplimiento de la normativa.