España, desde 1999, viene aportando, con carácter regular, ayudas al fondo del IPCC, al igual que otros países, para contribuir al mantenimiento presupuestario de este órgano asesor científico y técnico de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático.

El IPCC prepara informes sobre el estado y las causas del cambio climático, sus efectos y opciones de respuestas estratégicas, necesarias para la preparación de acuerdos, evaluaciones o toma de decisiones. La importancia del IPCC está reconocida a nivel mundial y, tras la reciente aprobación del Tercer Informe de Evaluación, todos los Estados, así como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han apoyado unánimemente su continuidad.

A España le interesa especialmente conocer de forma directa la opinión de los expertos del IPCC, tanto sobre lo relativo a las previsiones sobre cambio climático como a sus posibles efectos sobre las actividades socioeconómicas nacionales, por ser el país más occidental de la región mediterránea y porque España cuenta con más de 11.000 kilómetros de costa, en la que se asienta una parte importante de su población y de la que depende en gran parte su economía.