Fuente: Madrid/Geoscopio
Las medidas están destinadas a minimizar los efectos nocivos de diversos metales pesados en el aire, cuya inhalación prolongada puede provocar cáncer de pulmón y otros efectos nocivos en la salud de los seres humanos.
La Comisión Europea ha adoptado una propuesta de Directiva destinada a minimizar los efectos nocivos de los metales pesados en el aire que respiramos. Los metales pesados en cuestión son el arsénico, el cadmio, el mercurio, el níquel y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).
La legislación propuesta exigirá a los Estados miembros que realicen un seguimiento de la calidad del aire que proporcionará la información necesaria para adoptar las medidas de reducción necesarias y supervisar su aplicación.
"Esta Directiva es el último eslabón de la revisión total de nuestra legislación en materia de calidad del aire, que comenzó en 1996 con la Directiva marco sobre la calidad del aire", anunció la Comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallström.
De acuerdo con los cálculos, en más de 150 zonas dentro de la UE ampliada, las concentraciones actuales de determinados metales pesados peligrosos que se encuentran en el aire ambiente, como el arsénico, el cadmio y el níquel, producen la muerte por cáncer de una o más personas por millón.
Sin las nuevas medidas de reducción, en 2010 la inhalación de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) habría provocado más de 400 casos adicionales de cáncer de pulmón en la Europa ampliada.
Los HAP son un grupo de más de 20 sustancias cancerígenas de naturaleza química semejante, cuya emisión se procede fundamentalmente de la combustión incompleta. Su efecto total sobre la salud humana puede evaluarse a través del seguimiento de la concentración de uno sólo de ellos, el benzo(a)pireno.
En algunas zonas residenciales, las concentraciones medias anuales de benzo(a)pireno alcanzan los 3 ng/m³ debido a la calefacción doméstica con combustibles sólidos como el carbón y la leña. La legislación propuesta exigirá a los Estados miembros que adopten medidas que resulten rentables para alcanzar un valor objetivo anual de 1 ng/m³ para el benzo(a)pireno.
La información disponible señala también que las concentraciones de metales pesados y de HAP en las inmediaciones de determinadas instalaciones industriales, como las siderurgias y acerías, las plantas de producción de cobre y níquel, las refinerías de petróleo y las coquerías, constituyen un riesgo para la salud humana.
En virtud de la Directiva 1996 sobre Prevención y Control Integrados de la Contaminación, dichas instalaciones están obligadas, entre otras cosas, a evitar o reducir las emisiones a la atmósfera a través de la aplicación de las mejores técnicas disponibles (MTD).
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