Fuente: Madrid/Geoscopio
Más de 18.400 kilos de pilas se recogieron sólo durante los seis primeros meses del presente año en los 87 municipios canarios el Archipiélago. La red pública de recogida de pilas de la Comunidad Autónoma, que abarca más de tres mil establecimientos y comercios.
Del total de kilos de pilas recuperados, 18.230 corresponden a pilas convencionales, mientras que los restantes 205,8 kilos pertenecen a la modalidad conocida como pilas botón. Durante el pasado año 2001 la red pública de recogida de pilas de la Comunidad Autónoma, que abarca más de tres mil establecimientos y comercios situados en absolutamente todos los municipios canarios llegó a recoger más de 40 mil kilos de pilas.
La red de recogida de pilas usadas promovida por la Comunidad Autónoma de Canarias ha puesto a disposición de todos los ciudadanos y ciudadanas del Archipiélago en más de tres mil establecimientos de todo el territorio autonómico contenedores donde depositar las pilas convencionales y botón para su posterior recogida y reciclaje a cargo de una empresa especializada en residuos peligrosos.
Además, este departamento autonómico,ha alertado en repetidas ocasiones a otras administraciones locales de la ilegalidad de colocar sin preceptiva autorización contenedores para la recogida de pilas en la vía pública, ya que además de no tratarse de una competencia municipal, las pilas son un residuo peligroso con el que los ayuntamientos no tienen porque tratar, según recoge la propia Ley de Residuos, lo que puede llegar a ser incluso objeto de sanción.
Las pilas y los acumuladores usados, que llamamos comúnmente pilas usadas, están catalogados como residuos peligrosos según la legislación vigente. Algunos de los componentes de las pilas no sólo son contaminantes para el medio ambiente (ecotóxicos), sino que son nocivos para el ser humano.
Así, la pérdida del electrolito de pilas y acumuladores fuera de uso puede provocar quemaduras en la piel e irritación de las mucosas y la ingestión accidental de una pila botón puede producir la perforación química de las vías digestivas o bloqueo de la glotis o del esófago. Por todo ello, cada vez son más restrictivas las normas que regulan la fabricación, manejo y posterior eliminación.
De hecho, salvo casos muy excepcionales, las pilas no deben salir de su circuito comercial, y mucho menos depositarse en la vía pública, de modo que los establecimientos colaboradores que integran la red son principalmente comercios en los que se venden pilas: tiendas de fotografía, relojerías, bazares de electrónica, ferreterías, establecimientos que cuentan con personal y espacio adecuados para el depósito provisional de las pilas y son fácilmente accesibles a todos los ciudadanos. Se pretende así que el ciudadano, al tiempo que compra sus pilas nuevas, deposite las usadas, fomentando así la cultura del reciclado.
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