Fuente: Madrid/Geoscopio.
Los empresarios del sector extractivo de Soria han constituido una agrupación territorial, dentro de ANEFA, para defender sus intereses.
La decisión se tomó después de que la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Áridos (ANEFA) convocase a los empresarios del sector extractivo (canteras y graveras) para constituir su Agrupación territorial en la provincia de Soria.
El objeto de esta iniciativa es organizar las inquietudes locales de este sector empresarial, aunando esfuerzos e integrando intereses comunes en una Agrupación que actúe como interlocutor con las administraciones local, autonómica y del Estado.
En este sentido, los principales empresarios del sector en Soria instieron en la necesidad de programar una ronda de conversaciones en la que se tratarán, entre otros:
- Los temas relacionados con el sector en la provincia y en la comunidad de Castilla y León.
- Las dificultades medioambientales para abrir nuevas explotaciones.
- El acceso a subvenciones para renovar maquinaria e implantar sistemas de mejora en la seguridad y la calidad de las explotaciones.
De acuerdo con un informe elaborado por ANEFA, el consumo de áridos para la construcción en Soria se situó en el año 2001 en el entorno de los 1,1 millones de toneladas, lo que representa un volumen económico de negocio anual próximo a los 4,30 millones de euros.
El consumo unitario, 11,8 t/hab./año, es muy superior a la media europea, que se sitúa entre 6-8 t/hab./año, según el nivel de desarrollo de viviendas e infraestructuras, y a la media española, que es de 9,4 t/hab./año.
Es fácil prever que en los próximos años se mantenga el consumo en la provincia, ya que, por el tamaño de población y sus características urbanas y regionales, se seguirá manteniendo una calidad de vida, así como un importante desarrollo de las infraestructuras.
Los áridos -la segunda materia prima más consumida por el hombre tras el agua- son materiales insustituibles para la construcción y las obras públicas, pues constituyen el elemento básico de hormigones, morteros y prefabricados en la edificación; de las bases, subbases y aglomerados asfálticos en carreteras; y del balasto de las vías de ferrocarril, además de otros usos importantes como escolleras, micronizados, etc.
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