Estas inversiones están incluidas en las nuevas infraestructuras del transporte de electricidad y gas -una actividad regulada por el Gobierno-, a las que hay que sumar las inversiones que realice el sector privado en las actividades de generación y distribución, no sometidas a planificación.

Según los datos oficiales, el ritmo inversor previsto en los próximos diez años supone garantizar la cobertura de la demanda de energía final, que crecerá una media anual del 3,5% en dicho periodo.

De los proyectos incluidos en el documento, corresponden al desarrollo de la red de electricidad un total de 2.700 millones de euros, a los que hay que sumar otros 3.800 millones de inversión en la red de gas, que incluye gasoductos y plantas de regasificación.

Además de estos proyectos, existen otras propuestas complementarias de inversión por un importe de 1.200 millones en electricidad y otros 2.300 millones en gas, lo que ofrece una cifra máxima de inversión de 10.000 millones de euros, cuya decisión definitiva será adoptada por el Gobierno una vez que el documento sobre Planificación sea debatido en el Congreso de los Diputados.

El gas natural será la fuente de energía de mayor crecimiento en la próxima década, hasta alcanzar un peso superior al 22% del total en el año 2010, debido principalmente a su utilización en la producción de electricidad, mientras que las energías renovables aumentan su peso de forma importante, pasando del 5,6% actual al 12% al final del periodo.

Con esta evolución del consumo de las distintas fuentes de energía, la estructura de generación variará de forma importante, pasando en una década al predominio del gas natural (34,2%) y de las energías renovables (28,9%), frente a una menor presencia de la nuclear (20,1%), carbón (12%) y productos petrolíferos (4,8%).