La pasada semana la Comisión fue informada de que se había detectado un nuevo brote de la enfermedad en una empresa de la comarca de Osona, en la provincia de Barcelona.

La peste porcina clásica es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta a los cerdos domésticos y a los jabalíes. Es grave y provoca una mortalidad muy elevada en los animales infectados, que llega al 90% en los animales jóvenes.

La infección es muy contagiosa y se transmite por contacto directo o indirecto entre los animales. El virus se transmite por la sangre, tejidos, secreciones y excreciones de animales enfermos y muertos. Los cerdos pueden infectarse por ingestión, inhalación, transmisión sexual (esperma) o por contaminación de abrasiones.

Las autoridades españolas ya habían tomado las medidas previstas por la Directiva 2001/89/EC del 23 de octubre de 2001, que recoge las medidas para el control de la peste porcina clásica.

Estas medidas incluyen el establecimiento de 3 kilómetros de zona de protección y 10 kilómetros de zona de control alrededor del área infectada, la elaboración de un censo de las empresas ubicadas en ambas zonas, así como el seguimiento de los movimientos de animales vivos y vehículos sobre este territorio durante las dos semanas anteriores.

Esta enfermedad se propaga principalmente por contacto con cerdos infectados. Sin embargo, también puede propagarse de una explotación a otra por contacto indirecto a través de visitantes de las explotaciones, vehículos contaminados, equipos de ganadería, vestimenta, instrumentos, etc., o por residuos alimenticios tratados de forma insuficiente que se dan a los cerdos, así como por carne de cerdo fresca contaminada o productos de esta carne.

Por su parte, el Comité Veterinario Permanente revisará toda la información disponible acerca de este nuevo brote de peste porcina clásica en su reunión del 18 y 19 de diciembre.