Fuente: Madrid/Geoscopio.
La Unión Europea tiene muchas posibilidades de alcanzar una política energética conjunta, a pesar de la ausencia de un capítulo dedicado a ella en el Tratado, según el informe de Gil Bryan Chichester que analiza el Libro Verde de la Comisión sobre el suministro de energía.
El informe, que ha sido respaldado por la Comisión de Industria del Parlamento Europeo, establece que esta política estaría basada en: la liberalización de la industria energética, el apoyo decidido al empleo de fuentes de energía renovables y la supervisión de la puesta en práctica de los acuerdos Kyoto a nivel comunitario. Además, sería necesario incrementar la investigación en campo de la energía, impulsando una política Europea de eficiencia y ahorro energético que ayudase a garantizase la seguridad del suministro.
El Comité anima a los Estados miembros a incluir en el Tratado un capítulo sobre política energética. Lo que permitiría un acercamiento más sistemático y con mayor perspectiva al tema de energía, con un apartado concreto dedicado al uso eficiente de la energía.
En cuanto a medidas concretas, el Comité cree que la Unión Europea debería contener la demanda de productos derivados del petróleo en el sector del transporte, con incentivos para el desarrollo de un nuevo motor mucho más eficiente, así como tratar desplazar parte del transporte aéreo y por carretera hacia el ferrocarril y el barco.
Los Estados miembros deberían animarse a promover una planificación más regional y urbana más integrada. Estas acciones tendrían que estar combinadas con el desarrollo de combustibles alternativos como biofuel y el hidrógeno producido por energías renovables.
El Comité también hace hincapié en que el desarrollo de las nuevas tecnologías del carbón pueden tener un potencial significativo para la exportación y, por lo tanto, no debería ignorarse. Igualmente, reconoce que la energía nuclear, después de que cinco Estados miembros hayan tomado la decisión de retirarla progresivamente, jugará un papel mucho menos significativo en el conjunto de Europa.
En vista de que el consumo de energía mundial ha crecido un 46% en 25 años y que se prevé que el consumo en la Unión Europea crezca otro 22% en el período 1990-2020, el Comité insiste en reducir la demanda de energía y mejorar la eficacia energética en la producción como el mejor modo de reducir la dependencia de energía externa de Europa.
En opinión del Comité, los impuestos podrían jugar un papel importante a la hora de influir en el modelo de comportamiento, pero esto debería aplicarse a las emisiones de carbón y otros agentes contaminadores más que a la producción de energía en si misma.
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