Así se pone de manifiesto en una respuesta, que el Ejecutivo ha remitido al Congreso en contestación al diputado de CiU Jordi Martí, quien se interesó por las previsiones acerca de crear ese impuesto.

En su respuesta, el Ejecutivo precisa que el impuesto implantado en Francia surgió con la intención de sustituir la "dispersa" fiscalidad vigente hasta 1999 sobre los productos que resultan perjudiciales para el medio ambiente.

A partir del presente año, el impuesto francés se amplió para que incluyera además los consumos intermedios de energía en las empresas con cierta dimensión, con el fin de luchar contra el efecto invernadero y de mejorar el control en el consumo de energía.

La normativa francesa prevé que los contribuyentes de ese tributo que realicen programas voluntarios de limitación de las emisiones atmosféricas podrán recibir "atenuaciones y exoneraciones" de ese impuesto.