Fuente: EFE.
Las autoridades rusas declaran que la operación para reflotar el submarino nuclear "Kursk" del fondo del mar de Bárents, que acaba de concluir con éxito, nunca supuso un riesgo de contaminación nuclear.
El viceprimer ministro ruso, Iliá Klebánov ha declarado que de haber existido la más mínima duda, aunque fuese remota "de que algo hubiera podido ocurrir con los reactores (nucleares del Kursk), nosotros no hubiéramos realizado esta operación", dijo Klebánov en el aeropuerto de Múrmansk.
Klebánov, quien siguió desde un buque de la armada rusa las maniobras para reflotar el "Kursk", subrayó que la zona del mar donde encalló el submarino durante casi 14 meses tampoco quedó contaminada con radiactividad.
El funcionario precisó que en el casco del "Kursk" se han instalado al menos ocho sensores que registran permanentemente el nivel de radiación del entorno.
Tras ser reflotado, el "Kursk" fue fijado a los bajos de la barcaza "Giant-4" que actualmente lo remolca hacia un dique seco en la localidad de Rosliakovo, a 110 millas del lugar del naufragio.
La "Giant-4" navega con el "Kursk" a una velocidad promedio de 2,5 a 3 nudos y, según los expertos, llegará mañana a las 08.00 GMT a Rosliakovo, en el Golfo de Kola.
Una vez que el submarino sea instalado en el dique seco de Rosliakovo, se desmontarán 22 misiles de crucero "Granit" y se inspeccionará durante tres meses el interior del sumergible para recuperar los restos de los marinos y descubrir las posibles causas del accidente.
Posteriormente, en una última etapa calculada en más de seis meses, el submarino será transportado al astillero "Nerpa" para que se retire el combustible de sus reactores nucleares y se proceda al desguace definitivo del casco.
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