Fuente: EFE.
Las centrales nucleares de antigua construcción no están preparadas para resistir ataques terroristas con aviones comerciales de gran capacidad llenos de queroseno como los usados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, según indicó un portavoz del Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA.
Un eventual refuerzo con acero y hormigón de las instalaciones para evitar una fuga de radiactividad sería "muy caro y tampoco garantizaría una total seguridad", señaló en una rueda de prensa el portavoz del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), David Kyd, quien recordó que hace 40 años nadie pensó en que podría haber actos terroristas contra plantas atómicas.
A ello se suma la dificultad de que el piloto de un avión acierte a estrellarse contra la instalación donde está el sistema de refrigeración de la central, por ser mucho más pequeña que el Pentágono y menos visible que las Torres Gemelas de Nueva York, atacados el pasado 11 de septiembre, dijo.
"Si pese a su dificultad esto ocurriera, el recubrimiento de hormigón no resistiría, el combustible de la central nuclear se recalentaría y habría explosiones de vapor en su interior", afirmó el experto. Eso fue lo que ocurrió en el accidente de la central soviética (en la actual Ucrania) de Chernobil en abril de 1986, que lanzó una nube radiactiva que afectó a la península escandinava y dejó sentir sus efectos en Centroeuropa y parte de Europa Occidental.
Las centrales nucleares de fabricación occidental sí están protegidas, sin embargo, contra "impactos externos" de aviones militares, como es el caso de las alemanas, ya que cuentan en sus cercanías con bases aéreas estadounidenses, como la de Ramstein, en el Estado de Renania-Palatinado, la mayor de EEUU fuera de su territorio.
Es difícil para los terroristas convertir material nuclear en un "arma operativa" porque se requiere no sólo un alto grado de preparación técnica, sino también una gran inversión en recursos humanos y al menos ocho kilogramos de plutonio o 25 kilogramos de uranio altamente enriquecido. También recordó que se calcula que el régimen del presidente iraquí, Sadam Husein, ha empleado unos siete mil millones de dólares, 10.000 personas y siete años para intentar fabricar un arma nuclear y no lo ha conseguido.
En la actualidad no se tienen indicios de que ningún grupo terrorista haya llegado tan lejos técnicamente como para disponer de un arma de estas características. La tragedia de EEUU planea como "una sombra" sobre la conferencia del OIEA, que abrió hoy con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados en EEUU.
Representantes de los 132 países miembros del OIEA estudiarán hasta el viernes cómo reforzar la seguridad nuclear en todo el mundo, así como la mejora de los mecanismos de control del organismo.
Enviar la noticia a un colega