Fuente: EFE.
Los gobiernos de los países centroamericanos acordaron planes de contingencia para afrontar a medio plazo los estragos de la prolongada sequía que afecta a la región, mientras el hambre aprieta a miles de personas que han perdido sus cosechas.
"En América Latina, 125 millones de personas aún carecen de acceso a agua potable, 200 millones se encuentran sin instalaciones sanitarias adecuadas y cerca de 70 millones aún no tienen acceso a suministros modernos de energía. En las consultas realizadas entre comunidades pobres, constantemente se menciona la falta de acceso a los servicios de infraestructura como un importante obstáculo para mejorar su calidad de vida", manifestó Danny Leipziger, Director del Banco Mundial para los Programas Financieros, del Sector Privado y de Infraestructura en América Latina y el Caribe.
El diseño de los marcos reguladores adecuados para que los pobres se puedan beneficiar de las inversiones en infraestructura de agua, energía y transporte en América Latina es el tema de una conferencia que se ha efectuado en Río de Janeiro entre el 11 y 12 de septiembre, llamada " La Reforma de infraestructura para América Latina".
A la conferencia, promovida por el Banco Nacional de Desenvolvimento Ecônomico e Social (BNDES) de Brasil y el Banco Mundial, asistieron autoridades responsables de máximo nivel y académicos de Brasil, Argentina, Chile, Perú, Uruguay y del Banco Mundial. En esta conferencia se realizaron presentaciones de datos y análisis de un estudio del Banco Mundial que se publicará a principios de 2002.
En el estudio del Banco Mundial se reconoce que los gobiernos captaron casi el 60% -170 mil millones de dólares- de los ingresos provenientes de la privatización de los servicios públicos de la región como ingresos generales y no los reinvirtieron en infraestructura. Pero en el mismo estudio también se citan evidencias de reformas de infraestructura que sí beneficiaron a los hogares pobres en Argentina, Chile y Bolivia, por ejemplo, haciéndoles llegar los servicios de agua y electricidad por primera vez al reducir efectivamente el costo de estos servicios y aumentar su confiabilidad.
El documento del Banco concluye que "es poco probable que los acuerdos actualmente existentes en el sector de los servicios beneficien a los hogares pobres". El estudio indica que la inversión en infraestructura también estimula el crecimiento económico. En él se citan datos de Perú que demuestran que en los hogares con acceso a toda la gama de servicios públicos del mundo moderno, como agua, instalaciones sanitarias, electricidad y telecomunicaciones, los ingresos crecieron cerca del 45% más que en los hogares que no tenían ese acceso.
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