La Comisión propone con su nuevo Libro Blanco "La política europea de transportes en el horizonte 2010: la hora de las decisiones", sobre la política de transportes un auténtico plan de acción destinado a mejorar sustancialmente la calidad y eficacia de los transportes europeos.

También se ha dotado de los medios para disociar progresivamente el aumento constante de la movilidad y el crecimiento económico, a fin de reducir la presión sobre el medio ambiente y la congestión, manteniendo al mismo tiempo la competitividad económica de la Unión Europea.

La primera de estas medidas pretende encontrar un nuevo equilibrio en los modos de transporte, en el horizonte 2010, gracias a una política activa de revitalización del ferrocarril, fomento de los transportes marítimos y fluviales y desarrollo de la intermodalidad. De hecho, la Comisión Europea se propone garantizar a todos los ciudadanos un desarrollo de los transportes europeos que garantice simultáneamente la eficacia, la calidad y la seguridad.

Uno de los objetivos primordiales es la búsqueda de la compatibilidad del transporte europeo con la protección del medio ambiente. A este fin, la Comisión aplica una panoplia de medidas de envergadura : desarrollo de una tarificación justa de las infraestructuras - que tenga en cuenta los costes exteriores y fomente la utilización de modos de transporte menos contaminantes -; definición de zonas sensibles, especialmente en los Alpes y los Pirineos, que puedan recibir financiación suplementaria en favor de transportes alternativos; fomento de carburantes limpios...

Se pretende también conseguir una imposición fiscal armonizada del combustible profesional en el transporte por carretera, una armonización de la fiscalidad del gasóleo profesional que podría reducir las distorsiones de la competencia en el mercado liberalizado del transporte por carretera.

Una de las ideas en que se basa la Comisión es en que el desarrollo de los transportes europeos debe ser compatible con las exigencias de calidad. La Comisión recomienda, en particular, aproximar las condiciones de trabajo, especialmente del transporte por carretera, y mantener un servicio público de calidad.

Así, la Comisión propone cerca de sesenta medidas para desarrollar una política de transportes al servicio de los ciudadanos europeos, entre los que se encuentran el apoyo a los derechos de los pasajeros , el aumento de la seguridad en carretera., hacer que la seguridad sea una prioridad, la realización de grandes infraestructuras, la tecnología de radionavegación por satélite, el domininio la globalización ...

El nuevo Libro Blanco constituirá un viraje cualitativo en la política de transportes al hacer que las medidas de apertura de los mercados vayan acompañadas de medidas en favor de servicios de transportes variados respetuosos del medio ambiente. De la voluntad común de realizar los cambios propuestos dependerá la competitividad de la economía europea y la creación de un modelo europeo de calidad para los ciudadanos.