Fuente: EFE.
Los lagos en el oeste de China se están secando a gran velocidad, debido al llamado "síndrome del Mar de Aral" que está causando catástrofes ecológicas en toda Asia Central
El "síndrome del mar de Aral", que casi han acabado con el que era considerado el mayor lago de Asia, tiene su origen en la sobre-explotación de las cuencas fluviales que alimentan los lagos por culpa del aumento de la población y la irrigación en las secas llanuras de la región.
Según la agencia estatal china, Xinhua, el peor ejemplo de este fenómeno se ha registrado en el lago Ebinur, cerca de la frontera entre China y Kazajistán, cuya superficie se ha reducido de 1.200 kilómetros cuadrados a principios de 1950 a 530 kilómetros cuadrados en la actualidad.
Este lago, en el que se basa la economía de una zona mayoritariamente habitada por la minoría mongol de este país, acogía 117 especies endémicas vegetales y animales en su cuenca, muchas de las cuales han desaparecido en los últimos años.
Entre las víctimas de la disminución del lago y la aparición de estériles llanuras saladas a su alrededor, figuran los antílopes, ciervos y cisnes, que se han extinguido por completo. Además, los frecuentes vientos que recorren la meseta, considerada una de las regiones con menos precipitaciones del mundo, levantan unas 4,8 millones de toneladas de polvo y arena de las orillas secas cada año, que han acelerado la ya extendida desertización de la zona.
Otros lagos de la región de Xinjiang, que comprende la porción de Asia Central administrada por Pekín, han mostrado problemas parecidos a los del Ebinur, incluyendo los lagos Aydinghol y Bagrax, antiguas escalas de la Ruta de la Seda.
Decenas de antiguos lagos al sur de los mismos han sido completamente absorbidos por el desierto de Taklimakán, cuyo avance hacia el norte no ha sido frenado por las escasa medidas tomadas por el gobierno local.
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