Fuente: Madrid/Geoscopio.
Según las informaciones obtenidas por satélites de la NASA, desde hace más de dos décadas está teniendo lugar un gradual aumento de la cubierta vegetal de las tierras, por encima de los 40 grados de latitud, del hemisferio norte.
Utilizando la información facilitada por estos satélites, los investigadores han confirmado que por encima de los 40 grados de latitud (es decir por encima de Nueva York, Madrid y Pekín) la vegetación está creciendo cada vez con más vigor, a la vez que el período de crecimiento de las plantas se ha incrementado en varios días.
Según los investigadores, aunque la cobertura vegetal no ha aumentado apreciablemente, son las propias plantas las que crecen con más vitalidad y con mayor densidad. Curiosamente, aunque el proceso se evidencia en todo el hemisferio norte, es en la región de Eurasia donde se manifiesta con más vigor, dando como resultado una vegetación más exuberante y se mantiene durante más tiempo.
Uno de los resultados más importantes del estudio es que los datos de vegetación, obtenidos mediante satélites, estaban fuertemente relacionados con los de la temperatura registrada durante estas dos décadas en miles de estaciones meteorológicas repartidas por todo el hemisferio, muchas de ellas situadas en zonas rurales.
"Cuando comparamos los datos de vegetación de los satélites y con los de temperatura" -comenta Liming Zhou, uno de los autores del estudio- "observamos que los cambios interanuales en el crecimiento de las plantas y en la duración de su período de crecimiento en el hemisferio norte, estaban relacionados con los cambios interanuales en la temperatura"
Cambios especialmente grandes se encontraron en las fechas de aparición y de caída de las hojas de los árboles. Así, en Eurasia, la primavera, que podríamos llamar biológica, se ha adelantado una semana, mientras la llegada del otoño se ha retrasado diez días durante las dos décadas del período de observación. En Norteamérica, aunque la temporada de crecimiento de los plantas también ha aumentado, no lo ha hecho más que doce días.
Para los científicos, una de las posibles causas de este fenómeno estaría en el aumento de las temperaturas que acompaña al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera.
Éste sería un descubrimiento de gran valor puesto que pondría en evidencia las implicaciones de la intensificación del efecto invernadero, que estamos provocando con las nuestras emisiones gaseosas a la atmósfera, con el ciclo global del carbono. Dado que por una parte el aumento de temperatura provoca una vegetación más abundante, pero por otra la permanencia durante más tiempo de esa vegetación permite una absorción mayor de dióxido de carbono, principal causante de la intensificación del efecto invernadero.
Sin embargo, Ranga Myneni de la Universidad de Boston, otro de los autores del estudio considera que "todavía se necesita muchas más investigaciones hasta llegar a determinar la cantidad de carbono que estás siendo absorbida y por cuanto tiempo esto continuará"
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