Fuente: Madrid/Geoscopio.
Esta semana la oficina de Greenpeace Nordic, ha denunciado la destrucción de bosques de alto valor para la conservación a cargo del sistema de certificación forestal PEFC (Paneuropean Forest Certication) en Finlandia. El Servicio Forestal y la empresa estatal Metsahallitus han talado zonas catalogadas por la legislación finlandesa como "áreas paisajísticas" y de "interés para la biodiversidad" en la planificación ecológica.
El Servicio Forestal ha realizado talas sobre superficies de 10 hectáreas de extensión en bosques viejos de Picea (un tipo de conífera) que son hábitats esenciales para las especies amenazadas. El próximo caso puede ser el bosque viejo de Hämeenvaara, en el noroeste de Finlandia, donde el Servicio Forestal planea empezar a talar pronto. Este bosque es el hábitat de, al menos, 10 especies amenazadas, incluyendo la ardilla voladora, especie especialmente protegida.
Solo el 3,6 % de los bosques finlandeses han sido excluidos de la explotación forestal, actividad que supone el principal factor de extinción de especies en Finlandia. Un total de 700 especies están amenazadas por esta causa. De acuerdo con diversas investigaciones, 1000 especies forestales podrían llegar a extinguirse a menos que se amplíen las áreas de bosques protegidos y cambien significativamente las prácticas forestales actuales.
La situación de la protección de los bosques es más crítica en el sur de Finlandia, donde solamente un 1,1 % de los bosques están protegidos. El Programa Nacional Finlandés de Bosques, aprobado por el gobierno en 1999, está incrementando la crisis de la biodiversidad de Finlandia, ya que se está viviendo un incremento notable de las grandes talas en bosques de Picea del sur de Finlandia.
Al mismo tiempo, las dos compañías madereras más grandes de Finlandia, Stora Enso y UPM-Kymmene, continúan comprando al Servicio Forestal esta madera procedente de la destrucción de bosques de alto valor para la conservación.
Según la experiencia acumulada hasta ahora por las organizaciones ecologistas y los expertos independientes, las principales deficiencias que tiene el sistema de certificación PEFC son que está dominado por el sector forestal y, como resultado, el sistema no ha tenido en cuenta de la misma forma los intereses económicos, ecológicos y sociales; el proceso de consulta a los interesados es claramente deficiente, y los propietarios y grupos sociales implicados no tienen voz directa sobre la certificación y los criterios ecológicos son débiles, demasiado generales o están mal redactados.
"Con estos precedentes, no parece una buena noticia que el sector industrial español quiera implantar una certificación forestal que lo único que garantiza es la destrucción de la biodiversidad" ha declarado Miguel Angel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace. "El rumbo que está tomando el PEFC confirma las sospechas de que este sistema es expresión del miedo de la industria ante el avance de sistemas de certificación forestal creíbles e independientes como el FSC ".
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