Por cuarto año consecutivo, WWF/Adena y la Caja de Ahorros del Mediterráneo desarrollan su Campaña a fondo. En esta edición, la campaña se está centrando en divulgar la importancia de la costa como punto de encuentro, donde mar y tierra, aguas dulces y saladas, se unen produciendo una explosión de vida, diversa y singular. Los diversos ecosistemas costeros están tan íntimamente ligados que el deterioro de uno de ellos termina por afectar al conjunto.

Frente a las playas de Benicassim, además de los bancos de arena, se encuentran uno de los fondos característicos de las costas arenosas del litoral Mediterráneo: las praderas de Posidonia oceánica. Este ecosistema marino es el más productivo y el hábitat de más de 400 especies vegetales y de 1.000 especies animales, muchas de ellas de interés comercial.

WWF/Adena informó de que este sistema se encuentra en regresión en toda la costa, confirmándose en el 78% de las praderas del litoral nacional. Su distribución por el mediterráneo español, que era casi continua, es actualmente muy irregular y fragmentada.

Las principales amenazas identificadas son los cambios que la actividad humana produce en la composición de los fondos arenosos y en su estructura, al alterarse los sistemas de corrientes marinas, así como la pesca de arrastre realizada en zonas de menos de 50 m de profundidad. Asimismo, el fondeo de embarcaciones, el buceo deportivo y la existencia de piscifactorías a menos de 50 m de profundidad contribuyen a la desaparición de este ecosistema.

En la Comunidad Valenciana el estado de conservación de las praderas de Posidonia es muy dispar. Entre las mejor conservadas se encuentran las de la provincia de Alicante y las de la costa de Castellón, aun estando estas últimas poco estudiadas. Este hábitat se encuentra incluido en la Directiva Hábitat, base de la futura Red Natura 2000, como hábitat prioritario. Entre los Lugares de Interés Comunitario (LICs) propuestos por la Comunidad Autónoma se encuentran las praderas de Benicassim.

WWF/Adena exige que las actividades que puedan afectar a este hábitat y, fundamentalmente, las acciones urbanísticas se ajusten a lo establecido en las directivas europeas de Impacto Ambiental y Hábitats, así como a la legislación nacional y autonómica. Además, la continuidad natural de este ecosistema debe ser respetada por lo que los LICs propuestos para la Red Natura 2000 deberán contribuir a evitar su fragmentación.