El Real Decreto, aprobado por el Consejo de Ministros, es un instrumento clave para asegurar la conservación de la biodiversidad marina de este parque nacional, que permite al mismo tiempo, mantener una actividad tradicional y sostenible y que se ha desarrollado históricamente en las islas por pescadores locales.

La Ley del Parque Nacional marítimo-terrestre del archipiélago de Cabrera establece, como singularidad de este Parque, que la pesca artesanal tradicional es una actividad compatible, en tanto se mantenga en los términos y condiciones en que se venía desarrollando y siempre de forma supeditada a la conservación.

Esta determinación se concretó en el Plan Rector del Parque Nacional con otras precisiones que, en cualquier caso, remitían al desarrollo de una regulación específica completa y detallada.

El Plan ha sido elaborado por la Administración del Parque Nacional con los siguientes criterios: no aumentar el esfuerzo pesquero en las aguas del Parque; condicionar todo uso a la seguridad de no afección a los valores naturales del Parque; asegurar el mantenimiento de la actividad ligada a la práctica tradicional y a los pescadores profesionales tradicionales de Cabrera, y permitir que las cofradías de pescadores locales, como representantes del sector, se constituyan en corresponsables en la ejecución del Plan.

El Plan pretende, en definitiva, que los pescadores que históricamente han pescado en Cabrera de forma profesional lo sigan haciendo y evitar que otras flotas u otros pescadores ajenos se incorporen a este proceso.

El número máximo de embarcaciones permitidas por día no deberá exceder de veinte faenando en las aguas del Parque Nacional. Se establece, asimismo, el desglose de estas embarcaciones por las distintas artes y métodos de pesca. Esta cifra, además, podrá evolucionar, únicamente a la baja si fuera preciso, en función del oportuno seguimiento.

En el Plan se incluye como anexo el censo total de 84 buques que se considera que cumplen las condiciones y que son susceptibles de ser autorizados a desarrollar la pesca tradicional en aguas de Cabrera. El principal esfuerzo realizado en la elaboración del plan fue, precisamente, cerrar este listado con pescadores y cofradías de forma que se cumpliesen las condiciones generales establecidas y que fuera aceptado por todos.