Fuente: EFE.
Expertos y técnicos han comenzado a preparar los detalles del acuerdo político alcanzado el lunes, por los ministros de Medio Ambiente en la cumbre del clima de Bonn, que oficialmente concluyemañana.
Expertos y técnicos han comenzado a preparar los detalles del acuerdo político alcanzado el lunes, por los ministros de Medio Ambiente en la cumbre del clima de Bonn, que oficialmente concluyemañana.
Los delegados no esperan que en estos días surjan discrepancias importantes, aunque prevén algunas diferencias a la hora de escribir la letra pequeña del Protocolo de Kioto sobre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
A pesar de que el compromiso hace, finalmente, muchas concesiones para los países más reticentes al Protocolo y en la práctica la reducción de emisiones de contaminantes será menor de la acordada, las organizaciones ecologistas también se mostraron satisfechas.
"La Tierra 1-Bush 0" titulaba el diario de las organizaciones no gubernamentales, en referencia a la importante victoria de las negociaciones multilaterales frente a EEUU, que se niega a ratificar el Protocolo de Kioto.
Los grupos medioambientales subrayaron la necesidad de seguir trabajando en la lucha contra el cambio climático una vez alcanzado este acuerdo, que logró salvar el Protocolo de la "muerte" y habría supuesto volver al punto de las negociaciones de hace diez años.
El primer paso es el que han emprendido los expertos para transformar el compromiso político en un texto legal. Una vez que se cumplan todos los requisitos técnicos y jurídicos, el texto se aprobará formalmente y se abrirá el camino para la ratificación, que algunos países, como España, quieren llevar a cabo lo antes posible.
El Protocolo de Kioto entrará en vigor 90 días después de que sea aprobado por 55 países cuyas emisiones representen el 55 por ciento del total mundial. Es importante que el proceso de ratificación sea rápido si se quiere cumplir el objetivo de la entrada en vigor del Protocolo en 2002.
El tiempo apremia, pues el Protocolo establece que en el periodo 2008-2012 la producción de gases se reduzca un 5,2 por ciento con respecto a los niveles de 1990 y para cumplir el compromiso se deben emprender medidas para bajar las emisiones cuanto antes.
El mínimo de ratificaciones se alcanzará si se tiene en cuenta que los países de la Unión Europea (UE), del este de Europa, Japón y Canadá, su respaldo al acuerdo. La situación está algo menos definida en el caso de Australia, país en el que probablemente influye la próxima celebración de elecciones, y Rusia, desde donde llegan señales contradictorias y que sí es necesaria para alcanzar el mínimo de ratificaciones.
Algunos representantes europeos argumentaron hoy que la posición del Gobierno de Moscú es caótica y que todavía no han analizado las consecuencias que traería no ratificar el Protocolo para las inversiones en ese país.
Rusia contaba en 1990 con una red industrial mucho más fuerte que la actual, lo que supone que se han reducido considerablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, Rusia podría producir muchos más gases y vender sus derechos de emisiones a los países que sobrepasen el límite permitido, lo que supondría una importante inyección económica para el país.
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