Fuente: Madrid/Geoscopio.
La administración Bush ha anunciado extraoficialmente que se opondrá a una propuesta de sustitución de los subsidios a los combustibles fósiles por la financiación a las energías renovables que está previsto que se discuta en la reunión del G8, grupo de los 7 países más industrializados más Rusia, que se celebra en Génova.
La propuesta forma parte de un informe encargado por el G8 sobre medidas de apoyo al desarrollo y al acceso a la energía en países pobres, y será muy difícil que se apruebe sin EE UU, pues normalmente no se adoptan resoluciones que cuentan con la objeción de algún miembro.
La Casa Blanca argumenta su oposición en que debe ser el mercado más que los gobiernos quien vaya decidiendo el grado de penetración de las energías renovables en todo el mundo. El informe propone que los gobiernos de los países industrializados y las agencias financieras internacionales, como el Banco Mundial, eliminen incentivos y apoyos a las energías que causan mayores impactos ambientales y los dirijan a proyectos de energías limpias como la solar, biomasa o eólica.
El objetivo está directamente relacionado con la lucha contra el cambio climático, pues el uso de combustibles fósiles es el principal causante del efecto invernadero.
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