El presidente de EE UU usaba como argumento fundamental para oponerse al protocolo de Kioto el hecho de que buena parte de las emisiones de CO2 emitidas por EEUU eran absorbidas por sus bosques. Las estimaciones preliminares cifraban la capacidad de absorber CO2 por los sumideros de EE UU en unos 1.300 millones de toneladas.

Teniendo en cuenta esta capacidad, el presidente Bush se desmarcó del Protocolo de Kioto y ofreció, a cambio, medidas supuestamente imaginativas para combatir el cambio climático. Estas medidas se componían de dos elementos fundamentales que la administración de EE UU ya defendió en noviembre en la cumbre de La Haya, el comercio de emisiones y el considerar la capacidad de los sumideros en la contabilidad de gases invernadero.

La administración Bush ha invertido millones de dólares en la investigación para descubrir la capacidad de absorción de CO2 de los diferentes tipos de bosques, plantaciones y ecosistemas vegetales. Los primeros resultados de estas investigaciones cifran entre 300 y 600 millones de toneladas la capacidad de absorción. Como se ve, son unas cifras muy inferiores a las barajadas inicialmente.

Por otra parte es de destacar la enorme incertidumbre que existe en estos cálculos y esto a pesar de los grandes esfuerzos de investigación que se están realizando. No es este el primer revés científico que recibe la administración Bush, puesto que la Academia de Ciencias de EEUU ya ratificó las conclusiones del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) sobre el calentamiento mundial , descalificando las afirmaciones de Bush, que se atrevía a ponerlas en cuestión.

El problema de la evaluación de la capacidad de absorber CO2 de los diferentes tipos de sumideros es vital en el debate sobre la reducción de emisiones de gases invernadero. Los primeros resultados ponen de manifiesto que la capacidad de los sumideros no puede, por el momento, ser un elemento decisivo es estos debates.

Para Ecologistas en Acción la Unión Europea debería evitar la tentación incluir los sumideros en las negociaciones de Bonn. Si la UE contabilizara la capacidad de sus sumideros, con los imperfectos conocimientos disponibles en la actualidad, podría satisfacer la reducción del 5,2% de reducción de gases invernadero a la que se comprometió en Kioto, aumentando sus emisiones en 0,6%.