Fuente: Madrid/Geoscopio.
Las predicciones elaboradas este año por los expertos de medio ambiente de la ONU apuntan a que hacia el año 2100 la temperatura media del planeta podría subir hasta 6 grados, con consecuencias dramáticas para la vida en la Tierra.
Estas consecuencias está íntimamente ligadas al cambio climático que se está produciendo en la Tierra, un tema de gran actualidad que en estos días se debate en Bonn, donde el gran protagonista es el Protocolo de Kioto.
Este acuerdo es la concreción del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, donde se establecen los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero para los países desarrollados. Protocolo que hasta el momento han firmado 84 países, de los que sólo lo han ratificado 34.
Las negociaciones que se están desarrollando en Bonn se centran en cuatro aspectos del Protocolo de Kioto: la financiación a los países en desarrollo, los bosques como captadores de CO2,( aspecto al que se acoge Japón, Canadá y Australia, exigiendo que se reconozca el papel absorbentes de sus bosques como reductor de emisiones), el régimen del cumplimiento y los tres mecanismos de flexibilidad del Protocolo. Estos mecanismos son el comercio de emisiones, de desarrollo limpio y la implementación conjunta.
AGUA
Unos 1.300 millones de personas no tienen acceso al agua en la actualidad y se espera que su número se duplique para el año 2025 por el aumento de las sequías. La mayoría de esas personas viven en Africa, Asia central y Oriente Medio. En los países en desarrollo, el 80 por ciento de las enfermedades -que matan a entre 4 y 7 millones de personas al año- están relacionadas con el agua.
PRODUCTIVIDAD AGRARIA
Los expertos creen que el nivel global de producción agraria se mantendrá dentro de las expectativas en los próximos cien años, pero a nivel regional el impacto del aumento de las temperaturas en este sector será fuerte.
Los más afectados serán los países tropicales y subtropicales, y en Africa y América Latina el descenso de la productividad agraria puede alcanzar hasta un treinta por ciento. Aunque en los polos del planeta se suavizarían las temperaturas, la ausencia de suelos adecuados seguiría siendo un problema para
extender los cultivos.
ECOSISTEMAS
El cambio climático alterará la estructura y funcionamiento de los ecosistemas con la consecuente pérdida de biodiversidad y de recursos naturales. El ultimo informe del Programa de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA) señala que el impacto del cambio climático se ha dejado sentir ya en más de 420 ecosistemas.
La deforestación, la alteración de las rutas migratorias, cambios en los patrones reproductivos, son algunos de esos efectos. Se teme que la capacidad de absorción de carbono de los bosques, muy sensibles al cambio climático, disminuya con el tiempo y que dejen de funcionar como sumideros de carbono para transformarse en fuente de emisión de este gas.
Los arrecifes de coral son especialmente vulnerables a los cambios en la temperatura del agua y se calcula que un aumento de entre 3 y 4 grados causaría su muerte. Se trata del ecosistema marino de mayor biodiversidad, y de gran importancia para la pesca, la protección de la costa, el control de la erosión y el turismo.Los glaciares, por otra lado, corren peligro de derretirse.
SALUD
El cambio climático puede derivar en un aumento del riesgo de contraer enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla o encefalitis. También aumentará el riesgo de contraer salmonelosis, cólera y otras enfermedades de transmisión por el alimento o el agua. Se teme que miles de personas mueran anualmente como consecuencia de las olas de calor.
El descenso de la productividad agraria agravará asimismo la desnutrición, que en la actualidad ya afecta a 800 millones de personas.
NIVEL DEL MAR
En los últimos cien años el nivel medio del mar ha subido de 10 a 25 centímetros, y se cree que es debido en gran parte a un aumento de las temperaturas de entre 0,3 y 0,6 grados desde 1860. Las previsiones apuntan a un incremento de entre 15 y 95 centímetros de aquí al 2100, cinco veces más rápido que en los últimos cien años.
El aumento del nivel del mar afectará sobre todo a las islas y sitios costeros y puede tener impactos negativos en los asentamientos humanos (desplazamientos), el turismo, suministro de agua, pesca, infraestructura, tierras agrícolas y humedales.
Dado el actual grado de protección, un incremento de un metro del nivel del mar causaría pérdidas de terreno del 0.05 por ciento en Uruguay, 1 por ciento en Egipto, 6 por ciento en Holanda, 17.5 en Bangladesh, y cerca del 80 por ciento en las Islas Marshall.
Por otro lado, la entrada de aguas saladas reducirá la calidad y cantidad de fuentes de agua potable. El aumento del nivel del mar también propicia la formación de maremotos así como el aumento de las inundaciones, que cada año padecen unos 46 millones de personas aunque la cifra se duplicaría con un aumento de 50 centímetros en el nivel del mar.
La postura de España ante este tema se pondrá de manifiesto en la Cumbre de Bonn. La delegación española, encabezada por el Ministro, llegó ayer a esta ciudad para asistir a la Conferencia de Las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y está formada por altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente, expertos de la Oficina Española de Asuntos Exteriores y del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
España, como miembro de la unión Europea, considera que el Protocolo de Kioto es el mejor instrumento para combatir el problema del cambio climático y mantiene su compromiso de ratificarlo. Desde el 1 de julio hasta el 30 de junio del 2002, España forma parte de la troika junto con Bélgica y la Comisión Europea.
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