Fuente: EFE.
Las pocas esperanzas que quedaban de que la Cumbre del Clima, que comienza mañana, lunes, en Bonn a nivel de expertos, concluyera con el anuncio de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto se han esfumado.
A la negativa de EEUU de ratificar el Protocolo se ha sumado ahora el anuncio de Japón de que no decidirá hasta finales de octubre si estampa su firma en ese documento, por lo que el mínimo acuerdo exigido en ese documento no se alcanzará en Bonn.
"Estamos intentando encontrar una vía hasta el último momento para que EEUU, la Unión Europea (UE) y Japón cooperen, pero todavía no hay acuerdo", anunció hoy el primer ministro, Junichiro Koizumi, que advirtió después sobre la falta de resultados de Bonn.
La Cumbre del Clima de Bonn, la sexta desde que nació en 1997 el Protocolo de Kioto, era la meta que se fijaron los países industrializados, entre ellos la UE y Japón, pero no EEUU, para lograr un acuerdo que garantizara la entrada en vigor de este tratado en 2002, décimo aniversario de la Cumbre de Río.
En Kioto, los países industrializados se comprometieron a recortar paulatinamente sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta lograr una reducción media mundial del 5,2 por ciento en el periodo 2008-12 respecto de los niveles de 1990.
Para que los recortes anunciados por el mundo desarrollado sean vinculantes, es necesario que el Protocolo sea ratificado por un mínimo de 55 naciones cuyas emisiones representen el 55 por ciento del total mundial.
La primera premisa es fácil de obtener, Kioto ha sido ratificado ya por 36 países, pero la segunda sólo es posible si tres de los cuatro grandes contaminantes, EEUU, UE, Rusia y Japón, lo hacen. En 1990, año tomado como referencia en Kioto, EEUU emitía el 36,1 por ciento del total de CO2 que el mundo industrializado lanzaba a la atmósfera, mientras que la UE en su conjunto era responsable del 24,2 por ciento, Rusia del 17,4 y Japón del 8,5 por ciento.
Sumadas las emisiones de la UE, Rusia y Japón se llega al 50,1 del 55 por ciento exigido en Kioto, diferencia que se supliría con los países del centro y este de Europa, la mayoría candidatos a la adhesión en la UE y por tanto fieles a Bruselas.
La secretaría ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, con sede en Bonn, no ha reaccionado aún ante el anuncio de Koizumi que, de facto, supone el fracaso de la Cumbre del Clima de Bonn antes incluso de que sea inaugurada oficialmente el jueves.
Según fuentes de la ONU se celebrará en Bonn una reunión interna para evaluar la transcendencia de la decisión de Japón, algo que también se disponen a hacer las organizaciones no gubernamentales. La decisión de Japón, sin embargo, no ha sorprendido a la ONU y tampoco a la UE, que ha protagonizado una lucha titánica a favor del Protocolo, tras la negativa de la administración de George W. Bush a seguir el camino marcado por su antecesor, Bill Clinton.
"Hay que rebajar al mínimo las expectativas de Bonn. Puede que no haya resultados", ha declarado el director del Programa de la ONU para el Medioambiente, Klaus Toepfer, a "InfoRadio Berlín".
Por su parte, Margot Wallsatroem, comisaria europea de Medioambiente, aseguró que "lo que Estados Unidos está haciendo es egoísta e injusto para el resto de la humanidad".
En círculos de la UE se responsabiliza de toda esta situación a Washington, puesto que fue su negativa a firmar el Protocolo de Kioto y a cuestionar todo el proceso lo que sembró la discordia. También los grupos ecologistas abordaban la Cumbre de Bonn con un escepticismo que, en el caso de Greenpeace Internacional, era "mucho más que eso. Es puro pesimismo", declaró el director de la
división de Clima de esa organización no gubernamental, Bill Hare.
Hace incluso menos de una semana Hare contemplaba sólo dos escenarios:"Japón se decanta por EEUU y no hay Kioto, o se suma a la UE y hay Kioto, aunque la cuestión sería averiguar a qué precio".
La ONU ya barajaba entonces una tercera posibilidad: aprovechar Bonn para ultimar las negociaciones sobre cómo aplicar los acuerdos de Kioto y postergar el debate sobre la ratificación hasta la Cumbre del Clima que se celebrará en Marraquech en octubre.
"Kioto no morirá en Bonn porque todos los países involucrados en el proceso, incluido EEUU, Japón y la UE, acudirán a la cita y participarán activamente en las negociaciones".
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