Fuente: Madrid/Geoscopio.
Ayer se declaró oficialmente abierta la tan esperada Cumbre de Bonn para discutir la entrada en vigor del Protocolo de Kioto. Pese a los malos augurios y el alejamiento de EEUU y Japón, la Unión Europea se ha elevado como principal defensor del Tratado. Geoscopio seguirá día a día esta Cumbre para ofrecer a los lectores los aspectos más destacados y relevantes de las reuniones, en su apartado de “Temas candentes”.
La ONU ha declarado "oficialmente abierta", la Cumbre del Clima de Bonn en la que los ministros entrarán a participar el jueves. En el Protocolo de Kioto, los países industrializados se comprometieron a recortar paulatinamente sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta lograr una reducción media mundial del 5,2 por ciento en el periodo 2008-12 respecto de los niveles de 1990.
Para que los recortes anunciados por los países desarrollados en Kioto sean vinculantes, es necesario que el Protocolo sea ratificado por un mínimo de 55 naciones cuyas emisiones representen el 55 por ciento del total mundial.
La primera premisa es fácil de obtener -Kioto ha sido ratificado ya por 36 países- pero la segunda sólo es posible si tres de los cuatro grandes contaminantes -EEUU, UE, Rusia y Japón- lo hacen.
EEUU se ha negado a firmar este acuerdo y Japón ha decidido posponer esa decisión hasta el próximo octubre , por lo que la tensión aumenta a medida que se acerca la fecha de adoptar una postura frente al tratado.
En 1990, año tomado como referencia en Kioto, EEUU emitía el 36,1 por ciento del total de CO2 que el mundo industrializado lanzaba a la atmósfera, mientras que la UE en su conjunto era responsable del 24,2 por ciento, Rusia del 17,4 y Japón del 8,5 por ciento.
Sumadas las emisiones de la UE, Rusia y Japón se llega al 50,1 del 55 por ciento exigido en Kioto, diferencia que se supliría con los países del centro y este de Europa, la mayoría candidatos a la adhesión en la UE y por tanto fieles a Bruselas. Polonia aportaría un 3 por ciento, la República Checa y Rumanía un 1,2 por ciento respectivamente, mientras que Estonia, Hungría y Eslovaquia lo harían con 0,3, un 0,5 y un 0,4 por ciento cada una.
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