Fuente: EFE.
La conferencia sobre el cambio climático, prevista para los días del 18 al 27 de julio en Bonn, no se celebrará bajo los mejores auspicios debido al rechazo de Washington al protocolo de Kioto y a la posición ambigua de Japón.
Así lo reconoció hoy en una rueda de prensa en Ginebra Michael Zammit, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, según el cual es importante que EEUU, la mayor economía del mundo y el mayor contaminante del planeta, se sume a ese proceso de reducción de las emisiones que contribuyen al efecto invernadero.
Para entrar en vigor, el protocolo de Kioto, que prevé que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases a niveles al menos un 5 por ciento por debajo de los de 1990, deben ratificarlo un mínimo de 55 países signatarios cuyas emisiones representaban al menos un 55 por ciento del total mundial en ese año de referencia.
Si al eventual rechazo de Estados Unidos, con un 36,1 por ciento de las emisiones de CO2, Australia (2,1 por ciento) y Canadá (3,3 por ciento), se sumase Japón (8,5 por ciento), todos ellos llegarían al 50 por ciento de las emisiones, con lo que no se cumpliría la segunda condición y el tratado no podría entrar en vigor.
Japón puede inclinar la balanza de un lado u otro, señaló Zammit, según el cual los objetivos de la conferencia sobre cambio climático no serían "sostenibles" a la larga sin la incorporación de EEUU, sobre cuya posición definitiva todavía persisten serias dudas.
La postura norteamericana puede tener a su vez un profundo impacto negativo en los países en vías de desarrollo, que no se verían estimulados a acometer las reformas necesarias para reducir sus propias emisiones contaminantes si no viesen predicar con el ejemplo al principal emisor de gases del mundo rico, señaló Zammit.
Según el alto funcionario de la ONU, tras el último informe de la Academia de Ciencias de EEUU, que se suma a otros estudios científicos realizados en distintos países del mundo, no puede ya caber ninguna duda de la contribución de la acción humana al calentamiento del planeta.
EEUU, sin embargo, con frecuencia reacio a cualquier compromiso vinculante a nivel internacional, reconoció Zammit, teme sobre todo eventuales efectos negativos para su economía de la ratificación del protocolo como pueden ser multas por incumplimiento de los objetivos o determinadas obligaciones financieras.
El secretario general de la Convención sobre el Cambio Climático mencionó entre las opciones que se plantean si Washington insiste en su rechazo, pero Japón no le secunda, el seguir adelante sin EEUU en espera de que los norteamericanos se suban al carro en una segunda etapa (las primeras reducciones deben producirse entre el 2008 y el 2012).
Otra posibilidad es que se introdujese alguna enmienda al protocolo que permitiese la incorporación de un país en cualquier momento del proceso, lo que presenta problemas jurídicos porque el tratado no puede enmendarse hasta que entre en vigor, y una tercera posibilidad es dar por fracasado el actual protocolo de Kioto y desarrollar un nuevo instrumento, lo que sería un gravísimo revés.
Zammit afirmó que "hay un sentido de urgencia" en aplicar los acuerdos de Kioto, que no son en cualquier caso "sino un primer paso", pero muy importante porque marcan un cambio del modelo económico actual hacia otro más sostenible desde el punto de vista ecológico.
Un problema, reconoció el secretario general de la Convención, es que si bien todos los científicos coinciden en los peligros del cambio climático para el futuro del planeta, todavía no se ha cuantificado el umbral de emisiones de CO2 considerado como seguro y que se debería tratar de alcanzar, y esto es utilizado por los críticos y escépticos para tratar de dar largas.
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