Fuente: Madrid/Geoscopio.
El fenómeno climatológico conocido como El Niño, que provoca lluvias torrenciales, no volverá este año, pero si lo hará su opuesto, La Niña, que puede provocar en cambio graves sequías, según informó hoy la NASA.
Un período de fuerte intensidad de El Niño, como el que en 1998 destruyó poblados y causó inundaciones en Honduras, Nicaragua y El Salvador que dejaron más de 10.000 muertos, suele ser seguido por varios años de La Niña, ha señalado Bill Patzert, un oceanógrafo del Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
Ahora nos encontramos inmersos en esa tendencia, según Patzert, debido a un fenómeno conocido como Oscilación Decenal del Pacífico. "El Niño no ha vuelto desde 1998, pero lo que le siguió, La Niña, ha sido, a su modo, igualmente malo, sólo que duró mas tiempo", ha explicado el oceanógrafo.
Las previsiones sobre El Niño y La Niña se han efectuado a partir de las imágenes obtenidas por satélites de la agencia espacial estadounidense sobre el Océano Pacífico.
Las costas centro y suramericanas del Pacífico fueron las primeras en las que se advirtió la existencia de un extraño fenómeno de calentamiento de las aguas al que los pescadores peruanos denominaron El Niño, porque aparece en torno a la Navidad, cuando nace El Niño Dios.
El estudio de este enigmático fenómeno en las últimas décadas ha llevado a desarrollar un complejo sistema de predicción meteorológica a partir del flujo de los vientos y de las masas de aguas cálidas. "El Niño se produce cuando los vientos que soplan desde Sudamérica hacia Indonesia amainan y una gran masa de agua caliente vuelve hacia las costas americanas", ha explicado Bill Patzert.
Las lluvias que normalmente deberían caer en el Pacífico Oeste se vuelven hacia las Américas, mientras que lugares como Australia, India o Indonesia experimentan sequías.
El ritmo hacia atrás y hacia adelante de El Niño y La Niña es un movimiento normal en el ciclo del Océano Pacífico. Otros océanos registran fenómenos similares pero las consecuencias del Pacífico son más dramáticas porque es el mayor del planeta. "Cuando el Pacífico habla, el mundo escucha" afirma Patzert.
El oceanógrafo sostienen que la razón que esta manteniendo al fenómeno de El Niño controlado puede ser la Oscilación Decenal del Pacífico, un comportamiento del océano que cambia el movimiento de las aguas cada 10 o 20 años en función de las temperaturas.
Al igual que El Niño y La Niña, que son fenómenos opuestos, la Oscilación Deceal del Pacífico, ODP, tiene una fase positiva y otra negativa en la que un núcleo de agua fría esta rodeado por una gran extensión de agua cálida y viceversa.
"Parece que las PDO negativas pueden actuar también como un repelente de El Niño", sostiene Patzert. En las décadas de los 80 y los 90, en las que la Oscilación Decenal del Pacífico era positiva, los fenómenos de El Niño eran más frecuentes.
"Los próximos años y decenios van a ser un tiempo interesante para los investigadores a medida que se vayan estudiando los movimientos de las ODP y sus primos de corta duración, El Niño y La Niña", ha señalado el científico de la agencia espacial.
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