Fuente: EFE.
Los representantes de Medio Ambiente de 135 países intentan desde hoy en La Haya aproximar posiciones que permitan alcanzar un acuerdo sobre el Protocolo de Kioto en la Cumbre del Clima que se celebrará desde mediados de julio en Bonn.
El presidente de la VI Conferencia de las Partes del Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático, el holandés Jan Pronk, convocó con esa intención desde hoy en La Haya a los Estados que no fueron capaces en esta misma ciudad de precisar cómo aplicar Kioto el pasado noviembre.
El propósito es el de lograr el máximo consenso posible con una propuesta de compromiso presentada por el propio Pronk hace unas semanas, con la que pretende reunir apoyos a pesar de la renuncia de Estados Unidos a aceptar el Protocolo de Kioto de 1997.
Los países industrializados -los que se comprometieron en aquella ocasión a recortar sus emisiones contaminantes que causan el sobrecalentamiento terrestre- y en desarrollo (Grupo de los 77 más China) mantienen desde hoy reuniones conjuntas en esta ciudad holandesa.
Este nuevo intento de alcanzar un acuerdo se da sólo unos días después de que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos confirmaran que sus posiciones siguen lo suficientemente alejadas como para permitir prever que el consenso perseguido por Pronk en su propuesta de compromiso no basta para superar las diferencias entre los países que más contaminan.
El presidente de la conferencia presentó una propuesta con la que pretende convencer a Japón y a Rusia de la conveniencia de ratificar Kioto a pesar de la renuncia a hacerlo de Estados Unidos, que contribuye con cerca de una cuarta parte de las emisiones contaminantes causantes del efecto "invernadero".
Por un lado, Pronk propuso reducir las contribuciones de Rusia a un fondo destinado a ayudar a los países en desarrollo a luchar contra las consecuencias del cambio climático.
Por otro, ofreció a Japón más margen de empleo de sus bosques y de la actividad forestal como instrumentos que cuenten en su esfuerzo de reducción de emisiones contaminantes, el caso de los conocidos como "sumideros" de dióxido de carbono.
Se trata de permitir que la plantación de árboles -a los que se supone, no sin suficientes pruebas, que absorben ese gas- pueda contabilizarse como un esfuerzo de reducción de contaminación, pero los dos primeros días de reuniones han servido para apreciar que la oferta no es suficiente para Tokio.
El ministro de Medio Ambiente japonés, Yoriko Kawaguchi, criticó el martes la propuesta incluso antes de mantener reuniones con los demás países industrializados sobre el futuro de Kioto.
Este protocolo al Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático (1992) compromete a esos países a reducir en una media del 5,2 por ciento sus emisiones contaminantes de seis gases -el más importante de ellos el dióxido de carbono- en el horizonte 2008-2012 sobre los que emitían en 1990.
La entrada en vigor del acuerdo está pendiente de la ratificación del Protocolo, para lo que es necesario que lo hagan al menos 55 países que reúnan además el 55 por ciento de las emisiones totales de los gases a los que afecta el acuerdo.
El acuerdo fue casi posible el pasado noviembre en La Haya, pero la conocida como Cumbre del Clima fracasó fundamentalmente por el enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Mientras que los Quince reiteraron en la reciente Cumbre de Gotemburgo (Suecia) que ratificarán Kioto para que entre en vigor en 2002, el presidente estadounidense, George W. Bush, confirmó que su país no considera "realista" el Protocolo porque no obliga a los países en desarrollo a asumir compromisos equivalentes.
Además, Estados Unidos pone en duda la base científica que apoya el protocolo y ha anunciado que pretende fomentar la investigación sobre el cambio climático antes de aceptar ningún compromiso de eliminación de emisiones que obligaría a fuertes inversiones en sectores industriales básicos.
Los problemas de suministro energético sufridos en California y las presiones de la industria del petróleo han sido mencionados como elementos fundamentales para explicar el rechazo de Bush al plan diseñado en Kioto.
Estados Unidos insiste en que ni China ni India -cuyas emisiones contaminantes crecen constantemente- están obligados a aplicar recortes mientras que esos países y otros en desarrollo reclaman inversiones que les permitan adaptarse a las nuevas exigencias medioambientales y a afrontar las consecuencias del cambio climático.
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