Fuente: EFE.
Una claúsula de Constitución de Rusia, relativa al tiempo en que el Senado debe pronunciarse sobre los proyectos de ley que se le presenten, ha permitido que el proyecto de reforma legal para importar basura nuclear sea aprobado automáticamente.
El proyecto de reforma legal que permitirá a Rusia importar y guardar basura nuclear no será debatido por el Senado y pasará directamente al jefe de Estado, Vladímir Putin, para que lo firme, anunció hoy el presidente de la cámara alta, Yegor Stróyev. Stróyev afirmó que las leyes a las que atañen la mencionada reforma no están incluidas en el grupo de actas legislativas que obligatoriamente deben ser estudiadas por el Senado.
Según la Constitución de Rusia, las leyes presentadas a consideración del Senado deben ser ratificadas o rechazadas por esta cámara en un plazo de 14 días después de su aprobación en la Duma (cámara baja).
Stróyev explicó que, en el caso de la reforma en cuestión, el plazo para su estudio en el Senado ha vencido y, por esta razón, el paquete de leyes con las enmiendas aprobadas por la Duma pasará al despacho de Putin para su promulgación.
El polémico proyecto para almacenar, reciclar e importar combustible y residuos de reactores nucleares de otros países en Rusia fue aprobado por la Duma el pasado día 6. Entonces, Stróyev se expresó públicamente en contra de la reforma, que calificó de "producto de la mente de locos y mafiosos", y prometió que sería "revisada minuciosamente" en el Senado.
La reforma incluye enmiendas a la ley sobre la "Utilización de la Energía Nuclear" para legalizar la importación de combustible usado de las centrales nucleares tanto rusas como extranjeras para su transformación en nuevo combustible nuclear.
También prevé el reciclaje de este material, la separación de sus componentes y el almacenamiento en Rusia durante décadas de los residuos de este combustible, que es altamente radiactivo. Según los planes del Ministerio de Energía Nuclear, en diez años el país podrá ganar 21.000 millones de dólares por almacenar y reciclar unas 20.500 toneladas de residuos procedentes de países como Japón, China, Taiwán y Alemania.
Alexandr Rumiántsev, ministro de Energía Nuclear, aseguró que con este dinero Rusia podrá "limpiar tres o cuatro veces su territorio" de todo el material radiactivo acumulado desde la era soviética, con un coste de unos 8.000 millones de dólares.
Añadió que también se podrán financiar programas ecológicos y sociales en las regiones que durante décadas almacenan y reciclan el combustible nuclear de sus propias centrales y de las de otros países surgidos de la extinta URSS.
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