Esta figura ambiental permitirá la protección de la isla y su entorno, limitará la pesca en las aguas que la bañan y potenciará la conservación de sus recursos naturales, no sólo en lo respecta a las especies marinas, sino también a la flora y fauna terrestre que en ella existen.

La catalogación de la isla como paraje natural obligará a poner en marcha un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), por el cual quedará prohibida la pesca en media milla sobre su perímetro, aunque la protección se extenderá en diversos grados por los fondos marinos que la circundan en un radio máximo de 12 millas.

Se trata de una pequeña isla de unos 600 metros de longitud y 280 de ancho, de origen volcánico, casi totalmente plana, bordeada en todo su perímetro por acantilados verticales de unos diez o doce metros de altura, sin playas o calas, con dos reducidas ensenadas, formadas al resguardo de sendos muelles artificiales.

Su mayor riqueza ambiental reside en las aguas que la bañan, ya que la ausencia de contaminación por su lejanía a cualquier núcleo habitado hacen de ellas el lugar idóneo para la regeneración de las especies marinas La isla está ocupada únicamente por un destacamento de la Armada y su acceso es controlado y restringido por las Autoridades Marítimas españolas.