El taller tiene como objetivo acrecentar la cooperación entre instituciones que laboran en este campo. Fue organizado por la CCA y las secretarías de Salud y de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México.

El año pasado, el Consejo de la CCA, integrado por los ministros de medio ambiente de Canadá, Estados Unidos y México, aprobó la resolución que puso en marcha un programa de América del Norte sobre salud infantil y medio ambiente. A través de diversas actividades, la CCA está tratando de reunir a miembros de las comunidades involucradas para identificar y atender algunos de los principales riesgos ambientales que afectan la salud de los niños del subcontinente.

La CCA se creó al amparo del ACAAN para tratar asuntos ambientales de los tres países desde una perspectiva regional, poniendo el acento en los derivados del ámbito de la liberación comercial. El Consejo de la CCA --órgano gobernante de la misma-- lo integran los funcionarios con rango de secretaría de Estado de Medio Ambiente (o su equivalente) de Canadá, Estados Unidos y México.

La protección de la salud infantil no es tarea exclusiva de los profesionales de la salud y de quienes formulan las políticas de salud pública, ni tampoco se limita a aquellos de nosotros que trabajamos en la protección ambiental. Se trata más bien de un desafío que exige una estrecha colaboración sostenida entre estos dos sectores. Además, se necesita la participación de un amplio abanico de grupos e individuos, desde padres de familia hasta líderes empresariales, maestros y agricultores, científicos y grupos ciudadanos, por nombrar sólo a algunos.

La organización de este taller es un paso concreto en la senda del establecimiento de esas importantes alianzas y el logro de la participación de los principales interesados que tendrán que integrarse al desarrollo de la agenda de la salud ambiental de los niños de México.

El desarrollo de políticas adecuadas, procesos eficientes de toma de decisiones y programas apropiados en escala nacional son la columna vertebral de los esfuerzos de cualquier país para proteger la salud de sus niños. Sin embargo, la necesidad de proteger el medio ambiente y las preocupaciones por la salud infantil no se detiene en las fronteras nacionales.

El año pasado el Consejo de la CCA, integrado por los funcionarios de medio ambiente de mayor rango de los tres países de América del Norte, aprobó una Resolución que llama a desarrollar un programa de cooperación para reducir las actividades que amenazan a la salud infantil. También se reconocieron como necesidades prioritarias aumentar la conciencia de la ciudadanía y el acceso de los padres de familia y las comunidades a la información sobre las amenazas medioambientales para la salud de sus hijos.

Un reciente desarrollo muy alentador en la iniciativa de salud infantil y medio ambiente de la CCA es la creación de un Comité Consultivo de Expertos, integrado por tres representantes con alto reconocimiento en cada país. Ese Comité hará recomendaciones al Consejo sobre asuntos de salud infantil y medio ambiente en América de Norte.

El programa de trabajo vigente de la CCA da una base sólida para emprender el reto del mandato de reducir las amenazas ambientales para la salud infantil.

La CCA participa activamente en asuntos relacionados con la calidad del aire. Los efectos de una baja calidad del aire en la salud infantil constituyen un problema reconocido y generalizado. La Comisión realiza acciones para propiciar la colaboración entre los funcionarios encargados de la calidad del aire de los tres países y compilar datos en escala subcontinental sobre los contaminantes atmosféricos de preocupación común. Las consecuencias de la contaminación atmosférica asociada con el tráfico en los principales cruces transfronterizos en la salud de los niños son otro problema que merece atención.

Todos sabemos que prevenir la contaminación es mucho más eficaz y eficiente, y con frecuencia más barato, que limpiarla luego de que se ha generado. La CCA, conociendo el valor del enfoque preventivo, ha participado decididamente en la prevención de la contaminación, sobre todo aquí en México. Mediante un novedoso programa de préstamos revolventes organizado como una sociedad conjunta entre la CCA y la Funtec algunas empresas pequeñas se han beneficiado de préstamos preferenciales para financiar mejoras en la prevención de la contaminación de sus plantas.

Los resultados son impresionantes tanto financiera como ambientalmente. Los establecimientos participantes mejoraron en términos generales y además lograron reducir el uso de sustancias tóxicas y el consumo de energía y agua.

Una de las interrogantes que nos gustaría explorar en este taller es si ese modelo se podría extender a otras pequeñas empresas. Por ejemplo, algunos artesanos y microindustrias de México utilizan plomo. Esto puede contribuir a la contaminación ambiental de los lugares cercanos y causar la exposición de los trabajadores y sus familias, así como la posible exposición por medio de los productos intercambiados en el mercado. Un proyecto que dé viabilidad financiera a las microindustrias a fin de que éstas reduzcan el uso de plomo.

Los resultados de las deliberaciones en estas reuniones podrán identificar las principales oportunidades para atacar juntos algunos de los problemas ambientales que amenazan la salud de los niños.