Fuente: Madrid/Geoscopio.
El responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace, Miguel Angel Soto, ha afirmado que España es el "segundo consumidor" de madera aserrada de la Amazonía, después de Francia, por lo que recordó que este país es "clave" para evitar la deforestación de esta región selvática.
El experto, que participó en un seminario sobre la Amazonía, organizado por la Universidad de Santiago de Compostela, indicó, que "más del 20 por ciento de las importaciones gallegas de madera para aserraderos provienen de esta área brasileña".
Soto recordó que más del 80 por ciento de las extracciones de madera en la Amazonía son "ilegales", según datos del Instituto Brasileño de Medio Ambiente, y apuntó que el sector gallego de aserraderos y de primera transformación, así como el consumidor de madera tropical, "tienen una importante responsabilidad a la hora de cambiar esta situación".
"Los puertos de Vigo, Ferrol, Vilagarcía y Marín están habituados a recibir madera amazónica -indicó-, pero somos los consumidores los que tenemos la última palabra para luchar contra la deforestación".
El responsable de Bosques de Greenpeace se refirió a la necesidad de establecer "complicidad de mercado", porque, aseguró, "podemos ayudar a la defensa de la madera amazónica comprando un tipo de madera que tenga garantías y proceda de la gestión sostenible".
El ecologista abogó porque los compradores exijan "certificados ecológicos" que garanticen que la madera procede de bosques bien gestionados, donde se han respetado los derechos indígenas y donde no hay explotación infantil.
Bertha Becker, del Departamento de Geografía de la Universidad Federal de Río de Janeiro, explicó que la región amazónica debe ensayar un aprovechamiento de región sostenible, pero nunca a "escala industrial como se está produciendo ahora".
El objetivo, prosiguió, es la "deforestación cero", ya que el año pasado se perdieron casi 20.000 kilómetros cuadrados de selva.
Otro problema al que se refirió la experta es la pobreza, especialmente en el sur de la Amazonía, motivada por la inexistencia de una reforma agraria.
El Gobierno debe cumplir la legislación brasileña en cuanto a demarcación de territorios indígenas, que reconoce su derecho sobre ellos, indicó Becker, porque "no habrá paz en el mundo indígena hasta que no sean propietarios de sus tierras y puedan decidir si dan concesiones forestales".
Para la experta, la Amazonía representa un reto para la globalización por su vertiente "simbólico cultural", como capital natural de la humanidad y como defensa del valor de la naturaleza, frente a las nuevas tecnologías.
Según datos de la Asociación española de importaciones de madera, que difundió el responsable de Greenpeace, las compras españolas de madera tropical amazónica aumentan considerablemente desde hace años.
De los 95.560 metros cúbicos importados en 1998, por valor de 4.913 millones de pesetas, España ha pasado a 109.058 importados en el año 2000 -un 12,3 por ciento más que hace dos años-, por un valor de 5.873 millones de pesetas.
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