Ricardo Moreno, director ejecutivo de Fundación Natura, la organización ecologista más importante de Ecuador, dijo en rueda de prensa que la decisión del Ministerio de Ambiente fue "apresurada" y que genera dudas.

Los ecologistas se oponen a que el conducto pase por la reserva natural de Mindo, en el noroeste de Quito, protegida por el Estado, porque causaría un gran impacto ambiental en ese lugar que es el hábitat de una de las mayores reservas de orquídeas, aves y mariposas del mundo.

La ministra de Ambiente, Lourdes Luque, tras cinco meses de estudios y polémicas con grupos ecologistas, otorgó hoy la licencia ambiental para la construcción del oleoducto y aseguró que el trazado sugerido por los constructores es el que causa menos daño ambiental.

"Quiero resaltar el apresuramiento, estábamos en pleno proceso de diálogo con diversas organizaciones, los dos Ministerios (Ambiente y Energía) y con la compañía (OCP Limited) que construirá el oleoducto y sin embargo se nos informó que ya se había tomado una decisión", explicó Moreno.

El activista señaló que la Fundación Natura presentó un documento el 14 de mayo pasado en el que se señalaban diversas observaciones "indispensables para poder después hacer un seguimiento y que los efectos que pueda tener esta construcción no sean negativos".

Según Moreno, las autoridades acogieron muy pocas sugerencias y desecharon el 80 por ciento de las observaciones.

"Eso merece el rechazo de las organizaciones porque no se desarrolló un diálogo suficiente, serio, consistente y responsable para poder resolver las diversas preocupaciones", dijo.

Los grupos ecologistas aseguran que el estudio de impacto ambiental realizado por "OCP Limited" tiene muchas deficiencias.

El residente de la organización Ambiente y Sociedad, Jorge Albán, señaló que es necesario que se corrijan los procedimientos ya que el país "lamentará lo sucedido" porque no se consolidó un proceso de diálogo que hubiese permitido minimizar los efectos.

Los ecologistas aclararon que no están en contra de la construcción del oleoducto, pero subrayaron que la obra se debe hacer de la forma más adecuada, para que favorezca a las comunidades por donde atraviese y cause el menor daño ambiental posible.

Moreno señaló que las organizaciones se asegurarán de que se incorporen sus observaciones en la fase de construcción del oleoducto y harán un seguimiento para que los planes de protección ambiental se cumplan.

Por su parte, Albán aseguró que existen una serie de aspectos jurídicos para oponerse a la ruta, que todavía no han sido utilizados pero que "en su debido momento haremos uso de ellos".

El nuevo oleoducto, con una longitud de 503 kilómetros, unirá los campos petrolíferos de la Amazonía con los puertos de embarque en el Pacífico y cruzará los Andes por la zona noroccidental de Quito.

El grupo constructor, OCP Limited, está liderado por la firma española Repsol-YPF, y lo integran las estadounidenses Kerr McGee y Occidental, la italiana Agip, la canadiense Alberta Energy y la argentina Techint.