Cada año se producen en Europa más de 9 millones de toneladas de chatarra, y entre el 70 y 75 por ciento procede del reciclaje de carrocerías.

"La utilización del cannabis en la industria automovilística solucionará ese problema debido a que este material es renovable y biodegradable", y además "permite la construcción de vehículos con una mínima emisión contaminante", explicó a EFE Alan Crosky, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNGS).

Crosky, que dirige la Escuela de Materiales de Ciencia e Ingeniería de la UNGS, señaló que, a partir de 2006, el reciclaje de los coches usados en la Unión Europea (UE) correrá a cargo de las empresas automovilísticas, y "será una cuestión de tiempo antes de que sean los propietarios los encargados de cubrir estos gastos", añadió.

Las carrocerías fabricadas en la actualidad contienen plásticos, caucho, vidrio, textiles, papel, cartón, pintura y líquidos para los sistemas de refrigeración, productos considerados altamente tóxicos.

Sin embargo, el cannabis, una materia prima que ya era utilizada por los chinos antes de nuestra era, permite "una producción continuada, sin peligro de agotamiento y con posibilidad de reciclaje", insistió el ingeniero de la UNGS.

"La mayor ventaja de la fibra de cannabis frente a la de vidrio es que no se utiliza mucha energía en su fabricación y, sobre todo, que en el proceso no se libera dióxido de carbono, uno de los principales contaminantes de la atmósfera del planeta", dijo Crosky.

Añadió que "el cáñamo es dióxido de carbono neutro, es decir, que su cultivo hace que este producto químico sea absorbido por las plantas durante su proceso de crecimiento".

El cannabis puede ser utilizado para producir más de 20.000 productos y evitar el uso de otros materiales nocivos para el medio ambiente. Su rápido crecimiento convierte al cannabis en un eficaz protector del suelo, ya que combate la erosión e impide el crecimiento de malas hierbas.

Las carrocerías de cáñamo "serán muy livianas y lo más importante es que permitirán la construcción de vehículos de mínima emisión contaminante como los que funcionan con baterías", afirmó el ingeniero australiano. Son resistentes a las inclemencias del tiempo y ofrecen una gran protección a los conductores y a los pasajeros de los vehículos.

Las carrocerías de fibra vegetal, en teoría, absorben mejor el impacto de las colisiones automovilísticas que los materiales convencionales utilizados en la construcción de las carrocerías.

"Actualmente estamos analizando la resistencia de las carrocerías de cáñamo para ofrecer una máxima protección frente a los accidentes de circulación", agregó Crosky. El ingeniero asegura que la utilización de fibras vegetales no implica que las carrocerías tengan un color "natural, parecido a la paja, ya que se pueden agregar otros tintes y lacas para lograr los colores deseados".

Para el equipo de la UNGS, los países en vías de desarrollo podrán adquirir un papel importante frente al problema del reciclaje automovilístico, pues "se abre la posibilidad de crear una industria de carrocerías biodegradables con tecnología de bajo costo".

"Además, el cáñamo permite desarrollar otro tipo de industrias paralelas como en los sectores de la alimentación, cosmética, textil o construcción, sólo hay que ponerse a estudiarlos", concluyó Crosky.