Las principales barreras que
afectan a aplicación de la biomasa no son de carácter tecnológico
sino de mentalidad y de capacidad organizativa en todos los sectores
sociales implicados y los ámbitos de acción posibles (pública o
privada). Incluso el subsector de biocombustibles que es, probablemente,
el menos desarrollado, cuenta con recursos científico-técnicos suficientes
dentro del país. Podrían identificarse como barreras:
- Planificación de la recogida
de materias primas, en el caso de cultivos energéticos y de residuos
de cultivos, así como de los residuos forestales. Las principales
dificultades que presentan tienen que ver con la dispersión espacial
del recurso, la abundancia de productores, la estacionalidad,
la variabilidad de la producción, la dificultad de planificar
podas, limpias, siegas, y coordinar a los agentes implicados.
Gestionar adecuadamente estas cuestiones es clave para aprovechar
los recursos más abundantes.
- Competencia del aprovechamiento
energético de la biomasa con otros usos, lo que ocasiona incertidumbres
de abastecimiento y oscilación de precios de materias primas.
Este aspecto es particularmente crítico para las plantas de generación
eléctrica, cuando los proveedores no forman parte del proyecto
de explotación.
- Dificultad de almacenamiento
y manejo en planta, sea para transformación de la materia prima
en otros productos como para consumo directo. Necesita espacios
grandes y una planificación adecuada para poder automatizar las
operaciones.
- Alejamiento de los sectores
implicados: agropecuario, energético, industrial de producción
de equipos. En la mayor parte de las situaciones sólo puede llegarse
a proyectos viables con una buena coordinación de estos tres sectores.
- Desconexión de las políticas
públicas aplicables a los sectores citados en el punto anterior
y de la política fiscal. Las líneas de ayuda frecuentemente no
tienen en consideración la necesidad de integrar varios sectores
en una misma iniciativa, para lograr la viabilidad.
- Insuficiencia de las acciones
de demostración y del apoyo a proyectos con este carácter, en
todas las aplicaciones.
- Falta de información sobre
los recursos y las tecnologías disponibles.
- Falta de conciencia suficiente
sobre el interés ambiental y social de la biomasa como fuente
de energía y, en consecuencia, falta del esfuerzo necesario para
traspasar las diversas barreras. Este factor actúa tanto a escala
individual, de colectivos sociales, de la industria, de las grandes
compañías (eléctricas y de combustibles), de la Administración
en muchos casos.
- Poco desarrollo de hábitos
de consumo compatibles con la extensión de fuentes renovables
de energía y con ahorro energético.
- Dificultades para poner
en aplicación las distintas vías de apoyo previstas: por falta
de información, por dispersión o diseño defectuoso de las líneas
de apoyo, por dificultad de gestión, por falta de adecuación a
las realidades...
Las diversas barreras influyen,
mediante mecanismos distintos, en la viabilidad económica de la
producción de energía con biomasa y, por tanto, en la posibilidad
de que se convierta en un sector significativo de la trama social
y económica.
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