Una
vez establecida la Comisión Nacional de la Sequía
como un equipo de actividad para la supervisión y coordinación
del trabajo necesario, anterior a la sequía, y después
de haber revisado y recomendado al gobierno, mientras dura
la sequía, algunas opciones como respuesta y mitigación
de sus efectos, se debería iniciar el proceso de preparación
y desarrollo de la Estrategia Nacional para la Sequía,
y un plan de acción contra los daños causados
por ella.
Siguiendo
la estructura de esta guía, la estrategia nacional
debería ser elaborada, paso a paso, de acuerdo con
los puntos de vista y temas resumidos aquí, y que son
más relevantes para las circunstancias locales. Durante
este trabajo se deben dar los pasos siguientes:
Exponer la finalidad y los objetivos de la estrategia para
la sequía y del plan de acción.
Buscar la participación de los usuarios y resolver
el conflicto.
Identificar el riesgo de sequía y las acciones para
reducir el riesgo potencial, teniendo en cuenta los datos
y la información económica, medioambiental y
social.
Basándose
en las evaluaciones e informes de las tres subcomisiones (o
comités), formular el texto final de la estrategia
y/o del plan de acción.
Determinar las necesidades de investigación y rellenar
los vacíos que se producen en las instituciones.
Integrar la ciencia y la política.
Enseñar y concienciar a la sociedad sobre la sequía.
Evaluar los riesgos de la sequía y los efectos de las
acciones emprendidas de manera continuada y retrospectiva.
Se
puede encontrar más información sobre estos
pasos en la publicación de Wilhite et al. (1998).
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