Para poder estimar tanto la posibilidad como la severidad
de los fenómenos de sequía debemos conocer,
con toda precisión, las condiciones climáticas.
Entre los datos meteorológicos registrados los
más importantes para una zona determinada son
los que expresan y caracterizan la lluvia, la temperatura,
la humedad del aire y las condiciones de humedad del
suelo.
En
meteorología también se utilizan diversos
indicadores para determinar si una situación
puede considerarse como de aridez o de sequía,
y se pueden clasificar como sigue, por grupos, de acuerdo
con su estructura lógica (Dunkel et al., 1992):
Indicadores
de anomalías en las precipitaciones
Indicadores
de déficit de vapor de agua (en caso de alto
déficit de saturación se utiliza comunmente
en meteorología la expresión "sequía
atmosférica", que no suele significar una
situación de sequía real.
Indicadores
de balance (que comparan, en forma de cociente ordinario,
las "entradas" (precipitaciones) con los "salidas"
(evapotranspiración).
Indicadores
de humedad del suelo
Indicadores
de tipo recurrente
Análisis práctico
de los indicadores
Al
analizar el año 1990, uno de los de mayor sequía
en Hungría, los datos demuestran que la sequía
comenzó con la acumulación de anomalías
en la humedad, desde el otoño de 1989. El periodo
de octubre a marzo del año hidrológico
1989/90 también fue extremadamente seco, en comparación
con datos históricos.
De
acuerdo con los datos meteorológicos registrados
en una serie larga de años, sólo hubo
un periodo de 6 meses invernales más seco, en
1924/25. Además de la extrema falta de lluvias,
la duración máxima de la insolación,
las altas temperaturas del invierno y la frecuencia
de días ventosos, produjo una gran elevación
de la evapotranspiración potencial y el consiguiente
descenso drástico de la humedad del suelo.
El
mes de agosto de 1990 fue de nuevo muy seco y el déficit
de lluvia se situó entre el 25 y el 50% de la
media a largo plazo, todo el país se vio azotado
por la sequía y el número de días
cálidos, con temperaturas tropicales, fue de
1,5 a 2 veces superior que lo normal. El periodo de
octubre a agosto fue el más seco desde 1881 y,
en varias zonas, el déficit de precipitaciones
en este periodo fue de 200 a 300 mm (Nemes, 1990).
Análisis de Dragovic
Según
Dragovic (1997), el análisis de la sequía
como consecuencia de los factores climáticos
fue realizado en Yugoslavia en base a los datos de lluvias
recogidas en Novi Sad, durante el periodo entre 1923
y 1996.
El
análisis se aplicó a periodos de interés
desde el punto de vista de la producción agrícola
y de otras actividades que dependen del agua y de su
régimen, como es el año hidrológico
(desde octubre hasta el septiembre siguiente), con dos
periodos: invierno y verano (temporada de crecimiento
vegetativo).
El
año hidrológico se considera el mejor
indicador disponible de la precipitación para
los cultivos agrícolas, por coincidir con su
periodo de crecimiento.
De
acuerdo con los datos investigados, las precipitaciones
totales por año hidrológico varían
enormemente, de 322 a 867 mm, es decir, que el año
más lluvioso es 2,7 veces superior al menos lluvioso.
Las variaciones durante el periodo de desarrollo vegetativo
también son significativas, oscilando entre 172
y 487 mm, con una relación de 2,8 entre el valor
mayor y el menor.
La
precipitación durante la temporada de crecimiento
es importante para el suministro de agua a las plantas.
Las variaciones en el invierno son incluso mayores,
oscilando entre 105 y 438 mm, lo que da una relación
máximo/mínimo de 4,2.
Media
de las precipitaciones en Yugoslavia y Serbia
La
precipitación media total en la Provincia de
Vojvodina, por años hidrológicos, en el
periodo de 74 años, de 1923 a 1996, es de 605
mm, de los cuales 341 mm cayeron en el periodo vegetativo,
y 264 durante el invierno.
En
el este de Serbia (estación meteorológica
de Zajecar) el análisis abarca las precipitaciones
del período entre 1967 y 1995. El valor total
medio de las precipitaciones por año hidrológico
es de 592 mm, con un valor mínimo de 416 mm,
y un máximo de 794 mm.
La
media de las precipitaciones durante el período
vegetativo es de 326 mm, con un mínimo de 170
mm y un máximo de 478 mm; que para la época
invernal se corresponden con 266, 123 y 413 mm, respectivamente.
La relación entre la pluviometría del
período vegetativo y la del invierno es de 55:45%
El
total de lluvias caídas durante el periodo de
29 años (1967-1995) en el este de Serbia muestran
un descenso, año tras año; la curva de
regresión tiene una tendencia decreciente muy
pronunciada, especialmente en las precipitaciones anuales
así como en las precipitaciones durante el periodo
de desarrollo vegetativo.
En
cuanto a la cantidad anual de precipitaciones, la disminución
es de 5,8 mm por año, lo que supone 168 mm en
el período analizado, valores que se distribuyen
en 4,9 mm/año de reducción en la época
de desarrollo de las plantas, o 142 mm en total y 0,88
mm/año en el invierno, con un total de 25 mm
para todo el período considerado.
La
disminución anual de precipitaciones en la Provincia
de Vojvodina (al norte de Yugoslavia) parece ser mucho
menor porque el análisis abarca un período
de tiempo mucho más largo. El descenso anual
es de 0,63 mm; siendo el del invierno de 0,69 mm/año,
mientras que en el período vegetativo se observa
un ligero incremento de las precipitaciones.
Desde
el punto de vista hidrológico, la sequía
se produce cuando hay déficit de agua, incluyendo
no sólo las precipitaciones sino también
el caudal de los ríos, la escorrentía
superficial y los volúmenes embalsados. Según
los hidrólogos, la sequía se refiere a
un período de caudales fluyentes por debajo de
lo normal y merma de reservas de agua y de escorrentía
superficial, cuya causa está en unas lluvias
por debajo de lo normal, una evaporación intensa
y/o la acumulación de agua en forma de nieve.
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