El drenaje y el
aprovechamiento intensivo de agua superficial y subterránea
para riego produce la disminución, e incluso anulación,
de flujos al mar o zonas húmedas.
En España, gran número de marjales en la costa
mediterránea han desaparecido por este motivo. Las
derivaciones excesivas de agua también reducen los
mares interiores. La bajada de nivel del Mar de Aral o
del Mar Caspio, son ejemplos vigentes
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