Principales cultivos mundiales
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Según
el informe del Worldwach, el comercio de
cereales básicos como el trigo, arroz y maíz
domina las exportaciones agrícolas mundiales en
términos de volumen.En 1998, se exportaron casi
240 millones de toneladas de cereal, alrededor
del 13% de la producción mundial. |
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En las últimas
décadas, se ha producido un crecimiento rápido de las
exportaciones de productos no tradicionales,
especialmente de las flores, frutas y verduras. Estos
cultivos suelen alcanzar precios más altos que los
tradicionales y son más rentables desde un punto de
vista económico
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Principales cultivos en España |
España cuenta
con una gran diversidad productiva gracias a las
variadas condiciones climáticas y edáficas que
permiten cultivar especies mediterráneas, tropicales y
de clima templado.
Según
datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación, la producción hortifrutícola
supone, aproximadamente, la mitad de la producción
agrícola de España, con una gran cantidad de
productos (tomates, pimientos, naranjas,
limones, etc) muy importantes para la balanza de
exportación. Junto con estos productos,
destacan el viñedo y el olivar, dos cultivos
fundamentales en la agricultura española. |
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Sistemas de producción |
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La
expansión del regadío ha la sido clave del
aumento de producción agrícola el pasado siglo
XX. Según datos del Wordwatch, actualmente
alrededor del 40% de los alimentos mundiales
proceden del 17% de tierra que está irrigada.
Por países, India, China, Estados Unidos y
Pakistán poseen más de la mitad de la tierra
irrigada de todo el mundo. España tenía en
1996, según datos de la FAO, 3,5 millones de
hectáreas de regadío, el 17% del total de
cultivos. |
En los
últimos 30 años, la superficie de regadío
creció cerca de dos por ciento anual, con un
incremento total de casi 94 millones de hectáreas
entre 1962 y 1996. La superficie irrigada de los
países en desarrollo en 1996 era casi el doble
que en 1962.
El
principal problema al que se enfrenta la
agricultura de regadío es el agotamiento de las
reservas de agua dulce, y en especial de los acuíferos.
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A
pesar de este hecho, un estudio de la FAO de 93
países en desarrollo llega a conclusiones
comparativamente alentadoras en este tema. En el
periodo 1996-2030, se prevé que el consumo de
agua para riego aumente apenas un 12%, de los 1
840 kilómetros cúbicos por año a 2 060 kilómetros
cúbicos anuales en el año 2030. Se trata de un
ligero aumento en comparación con el
crecimiento previsto de la superficie agrícola
de regadío. |
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La mayor parte
de esta diferencia se explica, según la FAO, por la
mejoría anticipada de la eficiencia del riego, que hace
disminuir la explotación necesaria de agua para riego
por hectárea de tierras irrigadas. Una pequeña
proporción de esta reducción también se deberá al
cambio de las pautas agrícolas en algunos países, como
China, donde se anticipa un cambio sustancial de la
producción de arroz a la de trigo.
A pesar de esta
tendencia favorable, la FAO recomienda incrementar la
productividad de la agricultura de secano que sigue
proporcionando cerca del 60 por ciento de los alimentos
mundiales-, aunque reconoce que las posibilidades de
mejorar las cosechas depende en gran parte de las pautas
de la lluvia. En las zonas secas, el acopio de agua
pluvial puede reducir los riesgos e incrementar las
cosechas. Existen diversas formas de acopio de agua
pluvial recomendadas por la FAO:
- a través de
microestructuras instaladas en el campo para dirigir
el agua a plantas específicas o a hileras de
plantas (conservación del agua in situ)
- captar agua
externa a la zona de captación y dirigirla a las
tierras de cultivo (riego por inundación)
- recoger agua
externa a la zona de captación y acopiarla en
reservorios, estanques y otras estructuras, para
aprovecharla en los períodos secos (acopio para
riego complementario).
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