Según las conclusiones extraídas del congreso, todos los agentes que intervienen en el proceso de la Investigación y la Innovación Tecnológica aceptan que las sociedades que más progresan son las que más apuestan por la I+D+I y la Sociedad de la Información y el Conocimiento.

La I+D+I ha ido tomando un mayor protagonismo a nivel europeo desde que en 1986 se integrara como política comunitaria. Esta voluntad política de apoyo se ha visto reforzada en este último año con la Propuesta de la Comisión de construir un "Espacio Único Europeo de Investigación". Y así se formula como instrumento para la construcción de dicho Espacio Único el VI Programa Marco Europeo que entrará en vigor a comienzos de este año.

Los cinco Programas Marcos que se han ido desarrollando a lo largo de estos años han colaborado a que la Investigación en Europa vaya superando etapas, y han tenido como grandes objetivos: por un lado, mejorar los conocimientos y aplicarlos en el tejido productivo; y por otro fomentar la cooperación.

El nuevo Programa Marco Europeo cambia la filosofía con respecto a sus antecesores e introduce cambios sustanciales y radicales, que conlleva elementos de inseguridad e incertidumbre que precisamente afectarán probablemente de forma más negativa a España por los déficit que presenta en cuanto a Ciencia y Tecnología.

Apuntan que aunque este Programa introduce nuevos instrumentos de ejecución: Redes de excelencia europea y Proyectos integrados; España queda marginada pues tiene pésimas condiciones para acceder a Proyectos integrados donde sólo llegarán previsiblemente grupos de investigación con gran capacidad en recursos humanos e infraestructuras tecnológicas.

En cuanto a los déficit tecnológicos que presenta España, según UGT, constituyen un problema estructural para nuestra economía, y son, esencialmente, el Sistema de Ciencia y Tecnología, que presenta graves deficiencias por la carencia de medios necesarios para una acción eficaz.

Otro problema serían los esfuerzos de la Administración Pública, que no han sido los suficientes a nivel cuantitativo ni cualitativo para superar el 0,9% del PIB situándose España a la cola de Europa en cuanto a gasto en Investigación tanto público como privado.

Y, entre otros, que el gasto en I+D+I del sector privado se encuentra en niveles muy bajos, inferiores incluso a los que se dedicaban a principios de la década de los 90.